miércoles, 21 de octubre de 2009

Año 488 - El Combate por Amor - Los Tritones y la Muerte de Osric el Hechicero

"La hierba crece fresca en los claros del Bosque de la Diosa. El viento vuela libre en sus colinas, y los animales campan a sus anchas desde hace miles de años, entes de la llegada de los Nuevos Dioses. Los druidas gustan de buscar plantas y bayas por esta floresta, por su especial poder, pues grandes líneas de pastos unen los poderosos bastiones de los Grandes Robles, los Túmulos y el Círculo de Piedras sagrado de Stonehenge.
Sin embargo algo atemoriza tu mente y provoca que se te ericen las crines. Sientes un desasosiego, como si algo estuviera rompiendo de manera brutal los equilibrios de la naturaleza. Cabalgas hacia allí rápidamente. Te lleva casi todo el día atravesar los bosques de esta zona, hasta que sientes como un gran vacío en tu corazón, y lo que antaño fue un rincón de gran belleza está totalmente devastado, los animales han huido y los árboles y plantas se encuentran atemorizados. El agua ya no mana por donde antaño corría un abundante manantial. Sientes que estás en peligro y con ello la imperiosa necesidad de buscar la fuente de tu desasosiego. Cabalgas de nuevo hasta que las patas duelen sin cesar. Sientes que tu cuerno cobra fuerza, se carga de energía… La imagen que se alza ante ti es terrible: dos enormes perros infernales con los ojos inyectados en sangre atacan a un grupo de guerreros, y arriba entre unas rocas un poder maligno está trayendo sobre ellos terribles vientos y nubes de tormenta. Esto te hace daño, y corres en busca de una posible muerte.
Pero la Diosa está contigo y una poderosa luz se alza ante ti. Cuando te acercas al grupo de guerreros que caen bajo las fauces de los enormes perros adviertes que el escudo de uno de ellos te es familiar. Un caballo de sangre sobre un mar de plata… La cabeza te da vueltas mientras tratas de buscar la mirada del guerrero, que ya cae inconsciente sobre la hierba. La luz poderosa estalla, los perros huyen despavoridos.
Despiertas con un sudor frío. No sabes si era sueño o pesadilla, pero afuera, en el patio de armas, te espera un enemigo para librar combate por el amor de una dama. Esto es la vida real…"
Este fué el sueño de Sir Maurel poco antes de enfrentarse a sus adversario en dura lid. El día amaneció lluvioso, con lo que los cotendientes lucharían por el amor de su dama entre el barro. Tras recibir el ánimo de sus compañeros, comenzó la lucha. Sir Maurel derribó primero a Sir Gwaid, pero su caballerosidad le hizo bajar del caballo y luchar en igualdad de condiciones. A pesar de que Sir Gwaid estaba noqueado, atacó con la veteranía y fiereza que ya todos conocían, y en una serie de mandobles depuso a su adversario bajo el barro, solicitando su rendición y pidiendo perdón para él y para Lady Adwen, Maurel accedió a su rendición.
Tras terminar el combate, Sir Gwaid y el mismísimo rey Uther fueron a la tienda, el primero para solicitar perdón y el segundo para felicitar a Maurel por su valentía y honor en el combate.
Acompañaron a Uther en viaje a los pantanos de Somerset, para encontrarse con el Conde de Jagent e ir a ver al rey Cadwy para pedirle que rindiera homenaje ante Uther. Tras una larga conversación, Cadwy convino que juraría vasallaje siempre que los valientes caballeros del Rey Uther ayudaran a Somerset con los tritones que asolaban la principal fuente de alimento: la pesca. Los pescadores sufrían contínuos ataques de estas terribles bestias, con lo que tuvieron que echarse a los pantanos y entre nieblas y aguas infectas, enfrentarse a estos monstruos. Cabe destacar la fiereza del combate realizado por Sir Miles, que él sólo acabó hasta con tres tritones y ayudó a Delivant a no ahogarse ante el agarre de uno de ellos. Tras volver triunfales con decenas de piezas, lograron la lealtad del Rey Cadwy.
Volvieron a casa, y con ello las preocupaciones de cada uno de ellos. Sir Maurel tuvo que despedirse de su mujer, pues Uther había anulado su matrimonio, y Sir Miles se enteró por lugareños de la zona que de nuevo se habían encontrado signos de rituales como los aparecidos en Broad, con lo que la alarma surgió de repente en los pensamientos del caballero. Por su parte Maurel de nuevo sintió la llamada de un poderoso pensamiento que le hacía pensar en buscar la libertad, fuera de las ataduras familiares, y algo le llevó a cabalgar de noche, sin silla de montar y sin armadura al encuentro de si amigo Miles.
Así pues el ejército fantasmal que antaño acabara con Broad se alzaba ante Dinton, población que fue evacuada previamente por Miles. El combate comenzó y pronto vieron que los fantasmas eran "inmortales", puesto que nada podía derribarlos. Sin embargo Maurel se fijó en que tras los árboles acechaba el que , a buen seguro era responsable de todo: Osric el hechicero, con lo que tras una larga persecución los dos quedaron a solas en un claro del bosque. Maurel temía que Osric usara sus poderes como antaño hiciera con los infernales perros o las tormetnas que les acecharon, sin embargo, y ante su sorpresa, un enorme y blanco unicornio, tal y como en sus sueños, apareció de entre los árboles para atacar con fiereza al odioso sajón.

4 comentarios:

  1. Muy buena prosa, si señor, la verdad es que la aparición del unicornio fuer proverbial. Espero que estas aparciones se repitan en el futuro.

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  2. Me encuentro bastante intranquilo con los rituales que se están practicando al sur de Britania. A su vem me encuentro ansioso de comunicarle los hechos al Conde para que se los trasmita a nuesto Rey Uther....de todas formas ahora lo que me interesa es descansar...y cicatrizar mis heridas.

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  3. Por cierto, al final resultó tal y como lo predije...Motes tiene potencial de rolero.

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  4. Amen hermano, opino lo mismo.
    Mucho me temo Sir, que vamos a tener que librar peligrosas batallas en el norte, pero bueno, con unos caballeros como vostros al lado, cualquier peligro empequeñece.

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