jueves, 19 de noviembre de 2009

Año 493 - La Venganza

Los rumores hablan de que Uther está en horas bajas por su hijo y la reciente desaparición de su heredero sin nombre. Ygraine está aún dolida por la pérdida de su bebé y por la de su difunto esposo Gorlois. Pronto llegan noticias de Londres que hablan de que Octa y Eosa han escapado. Los sajones se hacen fuertes. Al norte atacan Lindsey y Malahaut y por el sur, la ciudad de Pevensey ha sido recién tomada por el Rey Aelle, sacrificando a toda la población a Wotan.

Sir Miles aún piensa en su enemigo, aquel sajón llamado Botwulf, con un ojo de cada color, por lo que le llaman "ojos de serpiente". Aquel que se llevó a su hermana. Sin embargo el deber le llama, y para conseguir una alianza con los reinos del norte que le ayude a las amenazas sajonas, el conde Roderick es llamado a Silchested, donde estaba reunida la corte y es ordenado que viaje con sus caballeros a Malahaut para conseguir alianzas. En Londres, en la Pascua de Pentecostés, Sir Delivant es nombrado Barón de Ebble.

Roderick y sus caballeros viajan a Malahaut, a la ciudad de Eburacum, donde son recibidos con frialdad, y algo les dice que la alianza no será provechosa. Son despedidos con cajas destempladas, y se cercioran de la existencia de emisarios sajones en la ciudad, lo cual es más que preocupante.

A la vuelta son emboscados por grupos de sajones que tratan de acabar con la vida de los caballeros, sin éxito. En Silchester informan al rey, pero este no da una respuesta clara, con lo que cada uno vuelve a su señorío.

Miles piensa que es el momento de buscar a su enemigo, con lo que hace llamar a sus compañeros de armas y marcha a Sussex en busca de Botwulf. Para ello, en Winchester se unen como mercenarios a un grupo de comerciantes sajones que viajan a Pevensey. Miles hace gala de mucha interpretación para pasar por aliado sajón que quiere traicionar a los britones, y en algún momento llega a levantar ligeras sospechas. Finalmente llegan a las puertas de la ciudad del Rey Aelle, y pueden comprobar como cerca está la grán tumba donde yacen los cientos y miles de cuerpos calcinados de los hombres antiguos pobladores de la ciudad que fueron sacrificados por los sajones. El odio puede con los caballeros britones.

Tras preguntar consiguen las indicaciones para llegar al asentamiento de Botwulf y su familia, y son recibidos fuera con frialdad por su hermano y algunos hombres de armas. Tras muchas negociaciones, esgrimiendo que venían a traicionar a Uther, se presenta Botwulf en persona con tantos hombres de armas que triplican al grupo.

El primer embite de Miles y Botwulf es tan bestial que el sajón clava su espada en el costado de Miles sacándola por el otro lado del cuerpo. A su vez Miles separa de un fuerte golpe de rabia contenida la cabeza del cuerpo del sajón. Miles cae sin sentido con la espada clavada y herido de muerte, mientras que la cabeza de Botwulf rueda colina abajo. Mientras, al fondo, a las puertas de la población, los pequeños niños de Botwulf gritaban por la muerte de su padre, a manos de su propio tío.

El resto de los caballeros se baten en dura lucha. Delivant mata a varios fuertes guerreros, mientras que Maurel con gran poder y entereza acaba con las vidas de varios jefes sajones y, en medio del fragor del combate, saca la espada del cuerpo de Miles y logra realizarle un pequeño torniquete que impide que se salgan las tripas. Es posible que Miles viva un poco más, pero la vida se va por el costado.

Finalmente huyen con el cuerpo de Miles en sus caballos y en la penubra de la noche se ocultan en el priorato de Michelham, de los pocos que aún han respetado los sajones. Advertidos del peligro que corren allí, son ligeramente restablecidos, disfrazados con hábitos de monje e introducidos en la penubra de la noche y el bosque cercano para salir de la frontera sajona. Tuvieron que contener el aliento, muertos de miedo y perdiendo la vida en cada paso del dolor de las heridas, especialmente cuando apareció un grupo de sajones que les buscaba a la luz de la luna... sin embargo el caballo blanco de blanco cuerno estuvo como siempre al acecho. Una vez más.

martes, 17 de noviembre de 2009

Año 492 - Traición

El invierno fue largo y tedioso en Cornualles. Ygraine estaba encinta y el rey feliz por un lado y por otro triste por la muerte de su hijo Madoc. Los caballeros aventureros se encuentran realizando tareas de vigilancia en la zona, mientras a Miles pronto le llegan noticias de su casa: una carta al parecer de su viejo enemigo Botwulf, "No olvido tus injurias, bastardo". Era evidente que a parte de sajones salvajes, contaban con alguien mínimamente culto en su grupúsculo de guerreros y mujeres de mal vivir. La carta puso nervioso a Miles, ante un eventual ataque a sus tierras, sin embargo las órdenes de Uther eran tajantes. Había que pacificar Cornualles.

Delivant recibió noticias de que pronto sería nombrado Barón de las tierras de alrededor del castillo de Ebble, lo cual le llenó de alegría.Tras la fiesta de Pentecostés, se celebraron los esponsales de Margawse con el mismísimo Rey Lot de las Islas y Elaine con el Rey Nentres de Garloth.

Ante el hastío de la inactividad, los caballeros decidieron salir a vigilar los castillos costeros, con lo que recorrieron Terrabil, Tintagel, el castillo de Dore y Abray, comprobando que las cosas estaban más que tranquilas. En la visita a Tintagel Delivant pudo ver el odio de la Reina en sus ojos, pues de sobra sabía que él fue quien hundió su espada en el pecho de su difunto esposo. La preocupación de Delivant fue enorme, dado el poder que ostenta Ygraine, y sobre todo pensando en su supuesta procedencia feérica.

Al volver del castillo de Abray, los caballeros decidieron introducirse en el bosque de Jaiant para buscar aventuras, lo cual fue de un peligro mortal. De nuevo vieron a un enorme perro de fuego, y cómo Maurel perdía el sentido y de nuevo aparecía el unicornio a luchar con el perro del diablo. A su vez encuentran una aldea, de nombre Crom Cruac. Todos la abandonan a excepción del confiado Florence, que sólo piensa en los favores carnales de la exuberante doncella que acaba de conocer. Todo acaba en tragedia: tras una ceremonia de invocación a un oscuro demonio con cara de perro que arroja fuego por la boca, todo el fuego con sus habitantes sale ardiendo, con Florence en él. Aquí acaba la vida del valiente y no siempre comprendido Sir Florence de Wilton.
Los meses pasan y llegan noticias del nacimiento del hijo del rey. A los pocos días los caballeros se encuentran con Merlin, en medio de una espesa niebla. De nuevo les solicita ayuda, y les pide que esperen en un bosque mientras él se encarga de un asunto. Al volver Merlin anda jadeante, mientras porta en su regazo un bulto, que resulta ser un bebé. Pronto comienzan los gritos de caballeros: ¡Bastardo! ¡Traidor!... ¡Vuelve, perro!. Merlin tan sólo tiene que hacer un gesto en la cabeza hacia las voces y dice "entretenedles", mientras se aleja entre la niebla a grandes zancadas. Un grupo de caballeros llega, y resulta ser el gran Sir Brastias con su hueste, ante la cual se enfrentan los caballeros. Brastias es desmontado, y aunque los caballeros tratan confundidos de pedirles perdón, son llevados ante la justicia por traición al Rey. En el juicio, temiendo ser ajusticiados a muerte, son defendidos por un monje dominico, el Padre Dewi, y dos legados de Sir Roderick de Sarum, sin embargo a los caballeros les toca defenderse. Uther piensa, medita. Ygraine grita, y les acusa de traidores. Mataron a Gorloise y ahora ayudan a Merlin a llevarse a su hijo. ¡Deben morir! Pero Uther declara que son grandes caballeros, que trajeron la poderosa espada Excalibur, y que son sirvientes de Britania. Han de ser perdonados.

Del norte llegan noticias de que el Rey Pellinore de Norgales ha huido enloquecido de su reino, y ahora se alza la anarquía, pues los Tres Cadwys, jefes de las montañas de Gales, se disputan el trono vacío.

Sir Miles debería empezar a pensar que quizás sea mejor vestirse con piel de lobo y entrar en la guarida del enemigo que esperar un ataque por sorpresa que pueda dar al traste con sus posesiones más queridas.

domingo, 8 de noviembre de 2009

491 - El Futuro se ha sembrado en el Presente. Se ha cumplido.

La guerra se ha desatado feroz entre Cornwall y Uther, por el amor de la bella dama Ygraine. Uther está fuera de si, y sin ni tan siquiera esperar la llegada de sus vasallos, marcha hacia Cornualles a presentar batalla a su enemigo. Llegan rumores de que no todo el mundo está de acuerdo con el comportamiento del rey, entre ellos el propio príncipe Madoc, que ha tenido algún que otro enfrentamiento. A su vez llegan ecos de que el rey Aelle de los sajones ha tomado tierra en el sur y ha conquistado una ciudad, matando a todos los habitantes en honor a Wotan.

Nuestros caballeros deciden quedarse en el campamento que asedia Terrabil, mientras que un pequeño contingente con Uther y Merlín, que le acompañará más tarde, asedian Tintagel, donde está la duquesa. En mitad del tedioso asedio, Gorlois sale una noche de niebla a marchar contra el ejército de Uther que acampa a las puertas de Terrabil. La batalla es horrible y sangrienta, y grandes nobles y caballeros de ambos bandos mueren. Entre ellos y ante los alaridos de Gorlois buscando a Uther, Madoc sucumbe ante el brazo de hierro de Gorlois. Pero de nuevo el gran Delivant hace gala de su pertinaz valor en la batalla y, tras deshacerse de todos sus adversarios, llega hasta Gorlois, que sin su espada no le queda sino luchar con su maza. Delivant hunde su espada hasta la empuñadura en el pecho de Gorlois, muriendo este entre estertores de sangre. El ejército de Cornwall huye despavorido ante la caída de su duque, y la persecución hacia Terrabil hace que el ejército de Cornwall sea derrotado. Ante dichas noticias la duquesa se rinde ante Uther.

Esa noche, tras la batalla, los caballeros tienen sueños en los que se ven a si mismos empañados en sangre, y sueñan asímismo con dragones, con ojos de serpiente, con el aliento del Dragón y con una ténue voz que susurra palabras en un leguaje olvidado... La noche ha sido mágica y algo extraordinario ha sucedido.

Pronto Uther desposará a Ygraine, y el rey se debatirá entre el desánimo de haber perdido a su hijo y el amor por Ygraine que lo embriaga y le impide tomar decisiones importantes. Es posible que esto sea aprovechado pronto por sus enemigos...