Sir Miles aún piensa en su enemigo, aquel sajón llamado Botwulf, con un ojo de cada color, por lo que le llaman "ojos de serpiente". Aquel que se llevó a su hermana. Sin embargo el deber le llama, y para conseguir una alianza con los reinos del norte que le ayude a las amenazas sajonas, el conde Roderick es llamado a Silchested, donde estaba reunida la corte y es ordenado que viaje con sus caballeros a Malahaut para conseguir alianzas. En Londres, en la Pascua de Pentecostés, Sir Delivant es nombrado Barón de Ebble.
Roderick y sus caballeros viajan a Malahaut, a la ciudad de Eburacum, donde son recibidos con frialdad, y algo les dice que la alianza no será provechosa. Son despedidos con cajas destempladas, y se cercioran de la existencia de emisarios sajones en la ciudad, lo cual es más que preocupante.
A la vuelta son emboscados por grupos de sajones que tratan de acabar con la vida de los caballeros, sin éxito. En Silchester informan al rey, pero este no da una respuesta clara, con lo que cada uno vuelve a su señorío.
Miles piensa que es el momento de buscar a su enemigo, con lo que hace llamar a sus compañeros de armas y marcha a Sussex en busca de Botwulf. Para ello, en Winchester se unen como mercenarios a un grupo de comerciantes sajones que viajan a Pevensey. Miles hace gala de mucha interpretación para pasar por aliado sajón que quiere traicionar a los britones, y en algún momento llega a levantar ligeras sospechas. Finalmente llegan a las puertas de la ciudad del Rey Aelle, y pueden comprobar como cerca está la grán tumba donde yacen los cientos y miles de cuerpos calcinados de los hombres antiguos pobladores de la ciudad que fueron sacrificados por los sajones. El odio puede con los caballeros britones.
Tras preguntar consiguen las indicaciones para llegar al asentamiento de Botwulf y su familia, y son recibidos fuera con frialdad por su hermano y algunos hombres de armas. Tras muchas negociaciones, esgrimiendo que venían a traicionar a Uther, se presenta Botwulf en persona con tantos hombres de armas que triplican al grupo.
El primer embite de Miles y Botwulf es tan bestial que el sajón clava su espada en el costado de Miles sacándola por el otro lado del cuerpo. A su vez Miles separa de un fuerte golpe de rabia contenida la cabeza del cuerpo del sajón. Miles cae sin sentido con la espada clavada y herido de muerte, mientras que la cabeza de Botwulf rueda colina abajo. Mientras, al fondo, a las puertas de la población, los pequeños niños de Botwulf gritaban por la muerte de su padre, a manos de su propio tío.
El resto de los caballeros se baten en dura lucha. Delivant mata a varios fuertes guerreros, mientras que Maurel con gran poder y entereza acaba con las vidas de varios jefes sajones y, en medio del fragor del combate, saca la espada del cuerpo de Miles y logra realizarle un pequeño torniquete que impide que se salgan las tripas. Es posible que Miles viva un poco más, pero la vida se va por el costado.
Finalmente huyen con el cuerpo de Miles en sus caballos y en la penubra de la noche se ocultan en el priorato de Michelham, de los pocos que aún han respetado los sajones. Advertidos del peligro que corren allí, son ligeramente restablecidos, disfrazados con hábitos de monje e introducidos en la penubra de la noche y el bosque cercano para salir de la frontera sajona. Tuvieron que contener el aliento, muertos de miedo y perdiendo la vida en cada paso del dolor de las heridas, especialmente cuando apareció un grupo de sajones que les buscaba a la luz de la luna... sin embargo el caballo blanco de blanco cuerno estuvo como siempre al acecho. Una vez más.