viernes, 25 de junio de 2010

Año 498 - Escoltando a Merlin

Las disputas con los sajones están en un momento crucial. Casi todos los señores se han decidido a pagar a uno o a varios de los grandes reyes que asolan las tierras. Por el oeste el rey Idres de Cornwall cada vez es más poderoso. Brastias y Ulfius aconsejan aliarse con el Rey Aelle de Sussex, puesto que es en principio el mas poderoso, ya que es descendiente directo del temible Hengist, muerto años ha, en tiempos de Votigern por el duque Edol de Gloucester. Sin embargo no se puede descudar a ninguno de ellos, en especial al hijo de Votigern, Cerdic.

Una noche Sir Maurel es de nuevo visitado por una de sus visiones, y una voz familiar le ordena que baje a la llanura de Sarum. Así pues nuestros caballeros armados pero sin escuderos se presentan sin saber muy bien que hallarán en la planicie de Sarum con una espesa niebla que no les permite ver a penas las orejas de sus caballos. Tras varios minutos dando vueltas aparece tras ellos y sin previo aviso, Merlin el druida.


 Tras unos momentos de discusión, el mago solicita a los caballeros que le acompañe hasta las costas de Devon para tomar un barco. No necesita que le acompañen hasta el continente, pero sí al menos hasta el puerto, puesto que son muchos los peligros que le amenazan. No da excesivas explicaciones acerca de su viaje, a parte de que quiere visitar la biblioteca de Roma y Alejandria en busca de conocimientos que le ayuden a salvar la Britania que todos conocen. Conversan acerca de teología y mitología, aunque Merlin no se prodiga en demasiadas explicaciones.

El viaje resulta ser misterioso y peligroso. Toman caminos y senderos por los que pueden caminar a duras penas con su caballo de las bridas en lo más profundo de los bosques, para no ser sorprendido por los caballeros de Brastias u otros, pero el bosque de Britania tenía alguna otra sorpresa para nuestros caballeros.
En unos segundos las órdenes de Merlin fueron: "¡Cabalgad!", tras lo cual ante los ojos de Maurel apareció el cuerpo de Merlin sobre su grupa como un jinete. Maurel había tomado la forma de un unicornio, mientras que el resto de sus compañeros quedaban atónitos ante la escena por la cual Merlin cabalgaba semejante bestia y Maurel quedaba a merced de su montura semi desmallado... La velocidad con la que los caballos tomaron los estrechos senderos sobrecogía el ánimo de los caballeros, pero pronto se dieron cuenta que el motivo de semejante carrera era que estaban siendo perseguidos por algún tipo de bestia feérica: pronto vieron que era una enorme serpiente-dragón: un Wyrm.

Aparecieron en un claro donde un gran desfiladero de mas de 20 metros de ancho se alzaba ante ellos. ¡Cabalgad! gritó Merlin, y con el temor y la certeza de que posiblemente se irían al vacío, todos los caballeros cruzaron ante un puente inexistente...

La noche llegó y con ello la calma, Merlin durmió hasta que de repente desapareció. Pronto los caballeros tuvieron de nuevo ante sí el motivo de sus temores. El Wyrm les atacaba cara a cara y Merlin no estaba para ayudarles. El fuego de sus fauces cayó ante sus huesos y las fauces arrancaron gran parte de la carne del costado del valiente Sir Maurel que cayó malherido bajo las garras del Wyrm. el Barón Délivant cayó ante un terrible pavor que lo dejó paralizado sobre con la mirada atónita ante la gran bestia, y tan sólo el valor del recién armado caballero Sir Llywell permitió que salieran airosos, al ver a su señor malherido se arrojó con fiereza y hundió su espada en el vientre del dragón... tras lo cual le cortó la cabeza de un certero golpe.

Al día siguiente los caballeros salieron a las planicies, y no sin esfuerzo lograron esquivar a los caballeros de la zona hasta llegar a Devon con Merlin. Maurel fue curado mediante magia. Llywel fue armado caballero Vasallo y se le dio el señorio de Golloway en el feudo de Maurel. Sin embargo el Matarreyes no recuperó fácilmente el ánimo ante la situación a la que se tuvo que enfrentar: la vergüenza de sentir una cobardía que nunca conoció.

Las noticias que llegaron desde el norte dejaron posteriormente mucho más tocado a Sir Maurel... Lady Nya había tenido un bebé, un barón, y todos miraban a nuestros caballeros como responsables de la paternidad... Justo en el momento que Maurel se encontraba más enamorado de la Condesa de Salisbury y cuando empezaba a hacer algunos avances...

Año 497 - La captura de Oxford

Sir Basile, castellano regente de Oxford, fue destripado en enfrentamiento personal con Sir Maurel, el Señor de los Caballos, tras lo cual se retiraron a lo más profundo de la fortaleza. Sin embargo algunos caballeros que renegaban del gobierno de Sir Basile y sus hermanos, decidieron apoyar a la depuesta Condesa Nya y tras liberarla se produjo toda una serie de escaramuzas en la fortaleza y en la ciudad de Oxford.

Fueron muchos los que apoyaron la causa de Lady Nya, pero no fueron menos los que por temor decidieron apoyar a Basile y sus lugartenientes. Tras varias horas de lucha sin cuartel, nuestros caballeros se vieron sorprendidos por Basile y sus hombres con Sir Berel atado en una silla y amenazado con ser degollado ante sus compañeros si estos no deponian las armas. La situación fue de una tensión sin igual, puesto que la lealtad y el compañerismo de Maurel y sus compañeros hacia el hermano del difunto Miles era tan grande que no podían dejarlo morir... sin embargo pronto se escucharon los gritos de alarma fuera, un ejército se apresuraba a apoyar a los defensores mientras que otro cargaba en cuña contra los primeros: los hermanos de Wallinford por un lado siendo atacados por el poderoso ejército del Baron Delivant de Salisbury, el Matarreyes. 



La situación fue decidida en unos pocos minutos, siendo apresados los hermanos y muerto lo que quedaba de Sir Basile. La victoria triunfal fue celebrada por todo lo alto por los caballeros de Salisbury y Rydichan en total hermanamiento. 

Sólo los muros del castillo sabe lo que sucedió aquella noche en la alcoba de Sir Maurel...

viernes, 4 de junio de 2010

Año 497 - Rydichan


Las migajas del reino se encuentran acechadas por todos los flancos. El Consejo de Britania no fue capaz de elegir un Rey. Miles de sajones atacan por el este con Aelle a la cabeza, y con Cerdic al sur, tomando la Isla de Man y pasando a cuchillo a todos sus nobles,  los irlandeses por el oeste, el rey Idres por Cornualles y los Pictos por el norte. Mientras los britanos tratan de reforzarse y encontrar a un líder, mientras solucionan sus propios problemas.
Tras la recepción de la Condesa en Sarum, nuestros caballeros se dirigen a Silchester para ofrecer sus servicios a cierta dama de Rydichan que, tras la muerte de su marido en la Batalla de San Albans, su condado ha sido usurpado por tres desdeñosos hermanos, que no obedecen a nadie y exprimen al populacho en propio beneficio.
Tras saludar a Ulfius, los caballeros parten a Rydichan, donde celebran el Beltaine en una pequeña aldea. En mitad de la noche son sorprendidos por el fuego de las reservas invernales de grano, que en seguida ven como el causante es un grupo de jinetes a la cabeza del cual va uno de los tres hermanos, Sir Bege.
Tras un amenazas e insultos, el grupo de jinetes desaparece, y nuestros caballeros continuan hasta la abadía benedictina de Abingdon. Tras rezar y pasar unos días avanzan decididos hacia Oxford, donde son capturados por un grupo de hombres de armas montados. Sin mas explicación son forzados a dejar sus armas y metidos en unas oscuras mazmorras.
Cuando son visitados por Sir Basile de Oxford Lady Nya comienza a insultarle y provocarle, mencionando a la familia de este y a su falta de valor para enfrentarse a Sir Maurel. El objetivo es cumplido y el combate singular es llevado a cabo, aunque a Sir Basile se le nota dubitativo. A pesar de todo, hiere de gravedad a Maurel, pero este, con la destreza que le caracteriza, logra dar una terrible estocada que abre el vientre del pobre Basile, que lucha por permanecer en pie, aguantando sus tripas mientras estas caen y no puede evitar la agonía.
Los caballeros son encerrados pero reciben por parte de uno de los soldados una misiva con el aviso de la pronta rebelión de los fieles al antiguo señor.
La batalla en Oxford ha comenzado.