domingo, 30 de septiembre de 2012

Año 510 - Alabado sea Dios, ya tenemos Rey ...


Tras la confusión habida entre los nobles, unos se posicionan al lado de Arturo, otros se enfrentan a él. El populacho claramente está a favor del nuevo Pendragón.

Sin embargo tres veces deberá Arturo demostrar ante sus vasayos que él y sólo él es el legítimo rey de Britania, volviendo a sacar la espada de la piedra en diversas ocasiones, guardándo esta por nuestros nobles caballeros, pues están considerados los mejores de toda la isla.

Tras esto se deciden en viajar a Carlion, vieja ciudad Romana en SUgales, donde será coronado y donde probablemente se reuna el Colegio Supremo, para decidir si es nombrado Alto Rey.

En el viaje los caballeros escuchan al populacho y muchos caballeros hablar del peligro que corre la corona, ahora que no está afianzada y tras los tiempos de Anarquia que ha sufrido el reino.

En Carlion, es armado caballero por el hombre decidido por Merlin como "el mejor caballero de Britania", que no es otro que el viejo Sir Maurel de Salisbury, que arma a Arturo caballero y Rey. Es coronado por el Obispo Dubricus en la iglesia ante una grande y magnífica fiesta.

Sin embargo, y en mitad de esta festividad un mensajero llega al rey informando de la llegada de nobles del Norte afuera de las murallas. El rey trata de ser hospitalario y los invita a la boda, cuya respuesta es un mensaje escrito diciendo "No participaremos en la boda de un rey ilegítimo, bastardo e imberbe".

Se prepara el asedio, el Norte con el Rey Lot a la cabeza ataca. Y asedia Carlion. Arturo se prepara para el asiedio, cerrando las puertas y resistiendo, puesto que Lot supera en número a Arturo y los conocimientos de batalla del niño Rey son escasos.

Sin embargo, y tras pnesarlo, piensa que un buen rey no se ha de quedar escondido tras las murallas, y abriendo las puertas de Carlion y al grito de "Britania !!!" Atacan la vanguardia de Lot.

La batalla es terrible, Lot supera en número a los hombres de Arturo y además los pictos, traicioneros, atacan los caballos que pronto provoca que pocos queden sobre sus monturas. Cuando ya parece todo perdido, Arturo desenvaina Excalibur, y un poder desconocido hasta ahora cruza el campo de batalla, arrasando lo que encuentra a su paso. Esto hace enfervorecer a los caballeros de Arturo y pone en huida a los hombres del Norte, que sólo el buen hacer de Lot provoca que no haya una presecución sangrienta. Además la situación hace que el pueblo de Carlion salga a luchar junto a su rey. La victoria es de Arturo.

Tras esto, en Pascua se celebra la reunión del Colegio Sumpremo, que decide nombrar al Rey Arturo, Alto Rey de Britania. Arturo portará las armas del Alto Rey, las tres coronas doradas sobre fondo azul, además del de logres, los dos dragones dorados sobre fondo verde.

Pero la guerra continua. El grueso de Arturo viaja al Norte para enfrentarse a sus enemigos. Sin embargo necesitan la ayuda de aliados, puesto que sus ejécitos son exiguos. Merlin pide a Rodrick, Maurel y Berel que viajen a Francia en busca del rey Ban y el rey Bors del clan Ganis. Obedeciendo las órdenes viajan hasta Dover y cruzan el Canal hasta Francia. Allí viven galantes aventuras con un caballero que lucha por el amor de su dama y derrota a Rodrick en justa lid. Sin embargo Maurel, golpea al caballero con tan mala fortuna que acaba con su vida. Maurel está malherido y Berel decide quedarse con él. Maurel viaja hasta el castillo del Rey Bors al otro lado del Bosque de Brocielande. Ban y Bors aceptan el desafío de ayudar a Arturo y acompañan a los caballeros en pos de la gloria.

Sin embargo el viaje de vuelta sería mucho más rápido de lo habitual, ayudado por los poderes de Merlin, aunque pasa casi desapercibido para los caballeros. Estos llegan en mitad de otra gran batalla contra Lot, y llegan en el momento oportuno. La batalla de Bedegraine se decanta de nuevo a Arturo con la ayuda de los reyes de Ayende los Mares.





viernes, 28 de septiembre de 2012

Año 510 - "¿Tu?... Tu eres hijo de Uther y de Ygraine. Eres el Rey Arturo."

Cuando los caballeros viajaban hacia Londres junto a su señor el Conde de Salisbury, Sir Robert, no eran conscientes de que vivirían en primera persona una serie de jornadas históricas para el devenir de Britania, que daría un giro total a lo que estaba sucediendo hasta ahora en estas tierras.

Cabalgaban nuestros caballeros entrando por el puente de Londres, sobre una espesa capa de nieve. Londres está abarrotado de gente, donde ven que señores de la nobleza de toda Britania han acampado en la ciudad. Londres es un torbellino de soldados, mercaderes, guerreros y caballeros. 

Allí se han dado cita, alrededor de la Catedral de San Pablo, el Rey Alain de Escavalon, el Rey Leodegrance de Cameliard, El Rey Centurion de Malahaut, Rey Lot de Lothian y Orkney, Duque Escan de Gloucester, duque Derfel de Lindsey, Conde Sanam de Bedegraine, Conde Robert de Salisbury, Conde Gilbert de Hertford y el Baron Macsen de Lonazep.

La gente está extasiada ante el evento, de origen francés y que se trata de un torneo en el que lucharán los contendientes por el derecho de arrancar la espada Excalibur de la piedra y ser Alto Rey de Britania. De todos los nobles el que parece favorito por su poder militar es el Rey Lot de Lothian y Orkney, con sus guerreros norteños pictos y sus caballeros de las Highlands. 

Previo al torneo se realizan juegos de lucha de animales y del populacho, que termina en terribles sangrias de viejas rencillas. Finalmente el heraldo sube sobre un tejado y grita a los cuatro vientos las normas del torneo. Contienda con armas embotadas por honor y por el Reino de Britania. Suenan las trompetas, los nobles alzan sus armas y gritan "Britania", a la vez que los corceles arrancan en pos de la gloria en una terrible batalla campal en el centro de Londres.

Como era de esperar el Rey Lot toma las de ganar, formando en el centro un fuerte contingente de caballeros del norte, y repeliendo todos los ataques. El rey Lot en persona dirige la batalla, entrando en combate con una morningstar y su espada. Maurel y Berel aguardan junto a su señor para dar las órdenes oportunas. Sin embargo, ante la situación, Sir Berel, que desde un viaje que se hiciera al norte para acompañar a Ygraine y Morgana a la boda de esta tomó cierto odio de los pictos, no puede aguantar la ofensa y se encara directamente en la batalla. Ve que el Rey Leodegrance de Cameliard lucha con el rey Lot, en lid personal, y Berel provoca con sus maniobras un terrible error de Lot, que recibe un golpe con el escudo de Leodegrance, haciendo caer al Rey Lot de su montura, y saliendo arrastrando de una pierna. El odio de Lot se palpa en su cara, y se levanta con la cara llena de barro y nieve, rojo de ira para ir a buscar al culpable de tan terrible ofensa, pero unos gritos provinientes de la Catedral de San Pablo paralizan la batalla y todo el mundo se fija en ellos "¡La ESPADA !, ... ¡La Espada !"... "¡Un muchacho ha arrancado la espada!".

Se viven momentos de estupor, de desconcierto, de confusión. Los nobles y el populacho van hacia el patio de la catedral y se encuentran a un jovencisimo escudero con Excalibur en la mano, y junto a él un viejo caballero, Sir Hector de Revel y su hijo, Sir Kay. ¿Quien es ese imberbe?, pregunta Lot, malhumorado. "Es Arturo, el escudero de mi hijo Sir Kay". "¡Que vuelva a hundir la espada! ¡Jamás serviré a un bastardo imberbe como rey!". Maurel se da cuenta que al lado de Sir Hector está una cara conocida, Merlin. Se produce confusión entre la gente. Lot acusa a Merlin de brujería, de ser todo una confabulación del mago. El Rey Leodegrance, Hector, Sir Kay y el anciano Sir Brastias sin dudarlo se arrodillan ante Arturo, que lo ven como su rey.

Vuelven a hundir la espada, y el propio Lot de Orkney vuelve a probar arrancar la espada, sin éxito alguno. también lo intentan otros nobles, sin poder. "¡Dejad al muchacho!".... Arturo saca la espada sin esfuerzo alguno, y en ese momento una luz cae sobre Arturo y la espada, filtrada entre las nubes, que hace que la nieve alrededor de él se derrita y aparezca hierba y flores.

"Alabado sea Dios, ya tenemos Rey!!!" Proclama el obispo Dubricus. Lot y otros nobles se niegan. Leondegrance tras recibir un mensaje parte cabalgando a toda prisa. Su castillo está sitiado en el norte. Arturo, confundido no sabe qué hacer. "Padre!" le dice a Sir Hector... "Yo no puedo ser Rey...". "Ni tu eres mi hijo, ni yo soy tu padre. Merlin el mago te confió a mi cuando eras un bebé.". Arturo pregunta a Merlin "Dime quien es mi padre! Quien soy !!!".

Merlin, se queda pensativo, ante el griterio general, mira a Arturo a los ojos y entre divertido y satisfecho, apoyándose en su bastón, le dice "¿Tu? ... Tu eres hijo de Uther y de Ygraine. Eres el Rey Arturo".


viernes, 21 de septiembre de 2012

Año 509 - Sir Robert, Conde de Salisbury

Mientras todo el mundo habla de cómo huir del ataque de los sajones, puesto que el pueblo llano da por hecha la conquista por parte de Cedric, y mientras Cynric de Wessex llega a Sarum para solicitar vasallaje o tripe tributo, la visita de Sir Brastias, mercenario, antiguo guardaespaldas de Uther y uno de los caballeros más poderososo de Britania, sorprende a la condesa y a los habitantes de Sarum.

Al parecer el Colegio Supremo de Britania, ha decidido que el momento ha llegado, y se va a celebrar un "torneo", como una suerte de competición entre los principales nobles de Britania para elegir un Alto Rey. También se discutirá el asunto de la Espada en la Piedra. La noticia entusiasma a los pocos caballeros que quedan en Salisbury y al propio Robert, que pide ser armado caballero para el año que viene comandar las huestes de Salisbury en el Torneo de Londres.

Así, en Pentecostes y tras velar armas toda la noche, su caballero y mentor Sir Maurel, otorga las espuelas y arma caballero a Robert, que se convierte en Sir Robert, y tras jurar fidelidad a un rey ficticio que no existe pero que pronto tendrá el reino, se alza el Conde Robert de Salisbury, la esperanza del condado y un prometedor noble para toda Britania.

El resto del año, el Conde Robert lo pasa con sus caballeros, en especial con los de más confianza, Robert y Maurel, con los que visita el señorío y recibe nociones de la situación geopolítica de Britania. Los años que vienen serán cruciales para el destino del país, que se debate en momentos en los que está a punto de ser subyugado por los invasores sajones.

El Torneo de Logres y la Espada en la Piedra tendrán algo que decir sobre este futuro próximo.

Año 508 - La Batalla del Pantano Netley

Tras el anterior año de contiendas, la situación en Salisbury estaba en el punto álgido, esperando el golpe definitivo del poderoso Rey Nanteleod para derrotar a Cedric el Sajón, hijo de Votigern el Tirano. Todos los britanos tenían esperanza en que ese momento llegara, especialmente sabiendo que el ejército de Nanteleod era muy superior en número y calidad al de Cedric.

Así pues, nada más llegar el verano, el Rey Cedric remontó el río hasta la decrépita ciudad de Winchester para presentar batalla contra Nanteleod, que marcha hacia el sur a través de Salisbury. Otras fuerzas se unen a su causa conforme avanza.

El Pantano Netley, cerca de Winchester, es el lugar elegido para la fastuosa batalla. Nanteleod posiciona a sus hombres y en el momento final y ante la sorpresa de los britones, un enorme ejército de sajones se une a Cedric. Aquellos que son capaces de reconocer los emblemas pueden ver al Rey Aelle de Sussex y algunos caballeros de Cornualles, dirigidos por el príncipe Mark y cientos de mercenarios provinentes de otras tierras (irlandeses y caballeros del continente).

La primera carga es espantosa, y los britones dan la sensación de ir ganando la batalla. Sin embargo no cuentan con la forma de luchar de los irlandeses, guerreros sin honor que atacan a los caballos directamente y derriban a cientos de caballeros britones, entre ellos a Sir Maurel y a sir Berel. La muerte del caballo de batalla de sir Maurel provoca una gran ira sobre él, y acaban pagándolo todos los que se ponen a su paso. Sir Berel por su terrible odio a los sajones, a raiz de lo que le sucedió a su hermano, igualmente se rodea de cadáveres y tiñe de rojo todas sus armas y ropas. El suelo es un amasijo de cadáveres de britones, sajones, irlandeses, córnicos y caballos, mientras Sir Berel y Sir Maurel aguantan sobre sus piernas henchidos por el odio, gritando sobre sus enemigos viendo como son absolutamente sobrepasados en número. Pronto estarán totalmente rodeados. Lo peor viene cuando la bandera de Nanteleod cae en el horizonte: el rey ha caido cogido por la retaguardia, y pronto todo el ejército lo sabe, y huye despavorido. Nuestros caballeros ven perdida su vida, aunque la venderan muy cara. Sin embargo un escudero venido del cielo les trae la bendición: el jóven Robert, que ya está hecho un mozo y está a punto de ser nombrado caballero, entra hábilmente en el campo de batalla con dos caballos frescos para sus señores Maurel y Berel, y así huyen a todo galope del campo de batalla.


La derrota ha sido absoluta. Cedric ha derrotado y matado a Nanteleod, que ahora está muerto. La desidia campa en Logres ante tal pérdida. Hampshire es tomada por los Sajones que saquean además Salisbury y Silchester. Muchas familias son destrozadas, matadas y violadas por los sajones y los mercenarios continentales. 

Esa noche, entre fiebres por el dolor de las heridas, Maurel tiene un sueño, donde ve luces y sombras, algo que le inquieta pero a la vez le reconforta. No comenta nada a nadie de estas visiones.

En Navidad se pasan momentos terribles. Con Nanteleod muerto llega otro invierno de desidia. No sólo era el rey mas prometedor de Britania que ha sido asesinado, sino que muchos caballeros, soldados y campesinos de Salisbury han muerto también. Además llegan noticias de que el Duque Corneus de Lindsey también murió este verano de fiebres en Londres. Su sobrino Derfel heredará su título.

El jóven Robert, hijo de la condesa y escudero de Sir Maurel, demanda ser nombrado caballero, para así, como hombre de valor, tomar control de su herencia y salvarla en este tiempo de necesidad.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

507 - Guerra, guerra, guerra...

Desde la toma de Britania por parte del Imperio Romano quizás Logres no había conocido tal desidia, tal desgobierno y tal caos. Decenas de reinos Britanos pugnan entre sí sin llegar a imponerse ninguno. Mientras, miles de Sajones liderados por varios reyes que se autoproclaman Bretwalda siguen con intención de colonizar estas islas.

En el año 507 aparece una gran esperanza, con la alianza del Duque Corneus de Lindsey con el poderoso Rey Nanteleod de Gales. La Condesa de salisbury, tras escuchar consejo de sus caballeros decide tomar parte de esta alianza y desmarcarse de seguir pagando vasallaje ni a Cedric el Sajón, ni a Idres de Cornualles. A pesar de ello tanto el príncipe Mark, hijo de Idres como mensajeros del sur siguen presionando para que Salisbury les apoye.

A pesar de las alianzas producidas, Corneus con sus hombres avanzan hasta Londres y consiguen liberarlo, haciendo huir por el puente a miles de sajones en dirección a Wessex. Una gran victoria para Logres. El duque toma posesión de la torre blanca de Londres.

En Salisbury nuestros caballeros se afanan por tratar de conseguir estabilidad en sus territorios, totalmente diezmados de saqueos, especialmente de los hombres de Cornwall y de Sajones de las tierras circundantes. Sir Berel toma la decisión de retirarse a su señorio en Dinton para cuidar de los mismos, mientras Sir Maurel queda en Sarum con la Condesa.

Un mensajero llega con terribles noticias desde DuPlain para Maurel. Están siendo asediados. Con los pocos hombres que dispone en Sarum y enviando un mensajero a Dinton viajan a toda velocidad para ver la situación. Allí se encuentran con que un Caballero Abanderado vecino y empobrecido a decidido tomar la justicia por su mano y tratar de anexar el castillo DuPlain a su feudo. Maurel con su mermada hueste se oculta en los bosques esperando el momento propicio para atacar. Aparecen arietes y Sir Bennem toma el Valle, taponando tras de sí el portón para evita ataques por la retaguardia.

Maurel se lanza al ataque con flechas incendiarias sobre la empalizada y el portón pero su hueste es muy reducida. El ejército de Bennem vuelve sobre grupas y ataca, justo en el momento que una hueste de 30 caballeros carga con el viejo Berel a la cabeza. Se produce un terrible combate bajo el dintel de la puerta de la empalizada, entre fuego, sangre y cadáveres. Maurel y Berel son heridos, aunque no de gravedad. Berel lleva varias puntas de flecha clavadas. Los hombres de Du Plain al ver la situación cargan con sus jinetes desde dentro de la fortaleza, atrapando a la mayoría del ejército asediante y provocando su rendición. Sir Bennem se esconde en una cabaña a la que prenden fuego. Sale de la

misma en llamas y cae sin consciencia. El resto se les pregunta si desean rendirse y unirse a las huestes de la condesa o no... Todos son encerrados en las mazmorras hasta la mañana siguiente... Pero la mañana siguiente no llega a priori, puesto que un cuerno suena en el valle.

Un enorme ejército de Sajones ataca aprovechando el desconcierto y tratan de tomar la fortaleza. Los caballeros están absolutamente extenuados, pero liberan al ejército de Sir Bennem para que apoye la defensa del castillo. La batalla es absolutamente desgarradora, y a pesar de los esfuerzos de Maurel por mantener el castillo, gran parte de su ejército muere en la batalla. Maurel y Berel son heridos de gravedad, cuando un ejército de Sarum acude en su auxilio tras dia y medio de batalla. Los sajones se baten en retirada por los bosques circundantes. La batalla no ha tenido un claro vencedor, pero sí muchísimas bajas y la empalizada de DuPlain destruida.

No todo son malas noticias. Desde el Oeste llegan nuevas de la liberación de Somerset de las garras de Cornwall a manos del Rey Nanteleod, mientras por el Norte el Rey Nentres entra en guerra con los norteños Lot y Uriens.

Guerra, guerra y más guerra. La condesa plantea en Navidad que si los sajones y los vecinos saquean y atacan Salisbury, quizás no puedan apoyar en la guerra al Rey Nanteleod.


martes, 11 de septiembre de 2012

Años 504 a 506 - El Rey Nanteleod

En el año de nuestro señor de 504 las cosas se estaban poniendo realmente feas para los caballeros del Condado de Salisbury, y de todo Logres. Las amenazas venian por todos los flancos, y las fuerzas de logres, mermadas de tanta guerra y de tanto pagar al enemigo, empezaban a flaquear.

Por el oeste Cornwall con el Rey Idres y el Príncipe Mark asolaban Somerset y saqueaban los señoríos que cogían a su paso, entre ellos Salísbury. Por el sur la amenaza venía del Rey Sajón Cerdic, hijo de Votigern, mientras que por el este los reyes Aelsweith, Aesc y un largo etcétera de Houscarls, Jarls, y reyezuelos sajones amenazaban toda Britania, especialmente tras haber sido tomada la capital, Logres.

A la corte de Sarum llega Cynric para pedir diezmo para la guerra a favor de Cedric, mientras por el norte, un viejo conocido de nuestros caballeros, el irlandés Sir Lak de Estregales, viene a hablar de parte de su señor Nanteleod. Las noticias de un guerrero tan victorioso que había vencido a los sajones en Lindsey, derrotando a su vez a Malahaut, rey de los Cien Caballeros, hace que la Condesa Ellen se plantee dejar de pagar a Cedric y aliarse con Nanteleod.

Tras hablar con sus caballeros la respuesta es clara. Ya no pagarán vasallaje a Cedric ni a nadie, y se aliarán con el britano más poderoso, Nanteleod. Cynric desaparece enojado, amenazando con las consecuencias de dicha decisión.

Los planes pasan por permitir que Nanteleod baje con sus huestes a través de Rydichan y Salisbury y ataque a Cedric en el sur. Esto permite a Salisburi elegir entre derrotar a Cedric o centrarse en Idres.

El invierno que sigue lo pasan volviendo a los castillos de Du Plain y Sarum, aprovisionándose y resguardando a mujeres y niños lo mejor posible. Las tierras de Salisbury quedan a merced de quien quiera saquearlas, mientras los soldados se atrincheran en sus fortalezas a la espera de la llegada de Cedric y Nanteleod.

Al año siguiente vendrían las Batallas.


Y así fue que Cedric puso sitio a Sarum ante el pavor de sus habitantes. Sin embargo la condesa tenía planes que ni siquiera sus caballeros de más confianza conocían: mandó al norte hasta la abadia de Amesbury a 200 de sus mejores caballeros para que fueran a unirse a Nanteleod y así levantar el sitio de Sarum y machacar al sajón. Sin embargo la capacidad de olfato y de huida de Cedric se demostró excepcional. Los caballeros pudieron ver en Cedric un estratega de un calibre que ignoraban.

Por tres veces tuvieron que asolar en batalla a Cedric, persiguiéndole por medio Logres: Levcomagus, Royston y Hertford. Las tres fueron grandes victorias para los britones y en la última además se unió el rey de Anglia Aethelswith, que fue muerto en combate.

Así pues, mientras los sajones se lamen sus heridas, Nanteleod planta batalla a los enemigos de sus aliados, y así hace frente a Idres de Cornualles, persiguiendo y asolando sus fortalezas, recuperando gran parte de las tomadas en Somerset, pero sin llegar a plantar batalla frente a frente.

Las noticias que llegan desde los mentideros es que Nanteleod está tratando de convencer al Consejo Supremo de Britania para ser nombrado Alto Rey.

lunes, 23 de julio de 2012

Año 503 - Londres ha caído

Guerra. El pánico se ha apoderado de las tierras de la desmembrada Logres, cuando la mayoría de sus territorios están en contínuos combates. Al sur Cerdic y sus sajones, al Sudoeste Cornwall amenaza Logres, al norte Malahaut contra Lindsey, Nanteleod y sus guerreros galeses atacando desde el Oeste, por el este los Anglos y por el Sudoeste los autoproclamados Bretwaldas Aesc y Aethelswith de Kent y Sussex amenazando el Támesis.

Las gentes de los señoríos de Salísburi se arremolinan en sus castillos, y Sarum su capital está atestada de su población esperando defender un eventual ataque que no se sabe por dónde aparecerá.

Mientras tanto Cynric, hijo de Cerdic viene de nuevo a reclamar dinero para las huestes de su padre, mientras enviados de todas partes de Britania reclaman ayuda para sí mismos: un heraldo de Nanteleod pide ayuda contra la guerra contra Malahaut y Lindsey, Lindsey pide ayuda por su parte, y Sir Uffo, hijo de Ulfius reclama ayuda para defender Londres de un eventual ataque de Aesc y Aethelswith sobre la capital.

Ante tal terror, los caballeros aconsejan a la condesa que es hora de salir a luchar, rechazar cualquier rendición de vasallaje o precio a pagar a nadie y combatir por Britania. Esto supondrá un terrible riesgo, puesto que el rey Idres amenaza muy de cerca Salisbury, y ya ha tomado prácticamente Somerset, y los ejércitos de Cerdic hijo de Votigern esperan la mínima ocasión para retomar lo que creen que es suyo por derecho de linaje.

Aún así un tercio de las huestes de Salisburi salen en ayuda del Duque Ulfius de Silchester para tratar de evitar la conquista de Londres. Parten ante el temor de la población que se creen desprotegidos, y el joven Robert, heredero de Salisbury, acompaña como escudero al héroe Sir Maurel.

Cuando llegan a Silchester Ulfius los recibe con alegría, pero se dan cuenta que Rydychan no ha enviado a nadie y las tropas de Ulfius son menos de las que cabia esperar. Cuando llegan a Logres pueden ver las tromas de sajones Aesc a una parte del Támesis y Aethelswith a la otra. Sin pensarlo y para tratar de evitar que se unan, Ulfius ordena un rápido y contundente ataque. Y así se realiza, las huestes Britanas pasan por encima con su poderosa caballería, causando muchísimas bajas y provocando cierto desconcierto entre las tropas sajonas. Sin embargo se reorganizan y plantan combate.

Pero una sorpresa estaba por llegar. Cientos de barcos entran por el Támesis desde el mar, incorporando miles de guerreros a la batalla. En unos pocos minutos los britanos se encuentran absolutamente sobrepasados en número, y sólo la velocidad de sus monturas les permite una rápida y ordenada huida. La toma de Londres es inevitable, y tras un rápido asedio cae bajo la bota sajona, que sin saquear la ciudad se limita a disfrutar de sus lujos.

Mientras en el Norte el Rey Nanteleod de Cambria planta batalla a sus enemigos. Inesperadamente llega a un acuerdo con Lindsey y decide no atacarle centrándose en Malahaut. La victoria es incontestable, y Malahaut con sus sajones es estrepitosamente derrotado ante el júbilo de Lindsey que pasa a ser aliado de Nanteleod. Ahora los sajones miran con desconfianza hacia ese poderoso rey que sigue ganando batallas sin parar y que quizás pueda derrotarlos también a ellos.

El Salisbury nuestros caballeros se lamen las heridas mientras comprueban como sus señoríos han perdido las cosechas y los pocos animales que dejaron atrás. Las huestes de Cornwall han arrasado todo lo que han podido en busca de víveres para sus huestes...

Mientras Cerdric, después de la negativa del pago de Salisbury prepara sus huestes para la guerra.


sábado, 23 de junio de 2012

Año 502 - Se avecina una gran guerra...

En este año no suceden grandes cosas, todo el mundo está muy cauto, puesto que grandes movimientos de ejércitos hacen sospechar que pronto se desencadenará la guerra total. Aelle derrota al rey Anglo en el este, que se autoproclamaba Bretwalda de Britania. El rey Nentres de Lindsey se alía con sus compañeros y Nanteleod somete a los reinos circundantes, creando dos poderosos ejércitos que pronto se enfrentarán. Por el sur las amenazas de Cornwall, Kent, Sussex y Southports siguen latentes, y cada vez más peligrosas. Aun así la condesa de Salisbury sigue pagando a Cerdic, no así a Aelle y Aelsweith. El Rey Idres parece que desde que fue derrotado en Dorset no mueve ficha... pero no se sabe hasta cuando. 

Ulfius de Silchester decide convocar a Rydichan, Marlborough y Salisbury para que hagan un gran bloque central para resistir los embites que se avecinan, Parece que todos están de acuerdo, a pesar de las desavenencias recientes. No se sabe cuando se desatarán las viejas rencillas. 

Ulfius pide a la Condesa Ellen que sus caballeros visiten los reinos de alrededor para buscar aliados. Entre ellos la lejana Cameliard, de las pocas que han jurado vasallaje a Nanteleod, pero que quizás se podria unir a la causa Britana del sur. Viajan a Cameliard donde les llama la atención la enorme mesa con el escudo del Pendragón, regalo de Uther a Leodegrance. También les llama la atención su pequeña niña que les pide jugar y que Maurel pasea a caballo por el patio. La niña se llama Ginebra.

Poco consiguen de Leondegrance, puesto que la amenaza de Nanteleod es muy grande. Pero este confia en que algún dia un Alto Rey ponga la causa britana en su sitio.

Mientras la espada Excalibur sigue clavada en el patio de la Catedral de Londres, esperando a aquel que sea capaz de arrancarla.

Año 501 - Poderoso caballero, Don Dinero.

Tras terminar la boda de Morgana, y tras decidir la Reina Ygraine quedarse un tiempo con su hija, los caballeros de Sílchester y Salísbury deciden volver sobre sus pasos. Sin embargo tienen claro que el viaje de vuelta es posible que no sea tan sencillo como pueda creerse: Rheged es una tierra atestada por bandidos, que amenazan en sus bosques y en los desfiladeros de los MOntes Peninos, muy dados a emboscadas. Luego está Malahaut, enemiga de LIndsey y aliada con sajones. Nada fácil.

Junto con los caballeros de Silchester, deciden hacer grupos reducidos para no llamar demasiado la atención y poder acudir unos al rescate de otros ante un ataque. Cruzan la Muralla de Adriano y los bosques de Rheged, húmedos y neblinosos, donde sienten la amenaza de las tribus locales. Sin embargo algo hace que los bandidos no decidan a atacar.

Finalmente llegan al castillo de Brough, donde son recibidos por el castellano un Equites romano con el resto de una centuria y guerreros locales a su cargo. El hombre resulta ser hospitalario, y deja al pequeño contingente acampar en el patio del castillo, pero cuando los caballeros piden guias para evitar asaltos en las montañas, este pide 12 libras a cambio.

Tras varias negociaciones, y sin fiarse demasiado deciden aceptar la oferta, a cambio de que él Equites Julius, con cinco de sus hombres acompañe al grupo. Así se hace y cruzan los montes peninos, evitando desfiladeros por senderos poco transitados, llegando finalmente al destino de la abadía de Egglestone. Allí pagan y se despiden del "usurero" equites.

Paso por los Montes Peninos en Cumbria

Aún tuvieron que desembolsar más dinero, puesto que cuando llegaron a Malahaut, las milicias que hacian guardia pedian tributo a cambio de pasar por el reino. Así, tocó pagar varias libras más para permitir que el grupo pasara indemne por un territorio infestado de sajones.

Finalmente llegan a Lindsey, territorio amigo que permite a los caballeros ir más confiados.

La frase de sir Berel quedó bien clara "Queda demostrado que con Libras se va donde sea..."

Los caballeros cruzan el norte del Bosque Salvaje por Brun, donde pasa una cosa curiosa... en el castillo, encaramado en la pared al lado de la ventana de la habitación de Sir Maurel, un elfo terriblemente feo viene a dar un mensaje "vuestro hijo está a salvo, pero no cumplisteis vuestra promesa, tarde o temprano lo pagaréis..." desapareciendo en la oscuridad del bosque.

Poco a poco se acercan a las tierras del sur, y noticias llegan por doquier. Huntingdon y Hertford han caido bajo el yugo de los Anglos, y en Gales Nanteleod se alza con el poder supremo.

A la llegada de los caballeros a Salisbury, tienen una fea sorpresa... las tierras de rodean Du Plain han sido arrasadas por un grupo de sajones de Winchester, y varias mujeres han sido violadas y dos hombres han muerto. Una de las mujeres violadas resulta ser sobrina de Maurel. Este, ciego de ira busca venganza en hacia Winchester. El primer grupo de sajones que le da el alto es brutalmente masacrado sin compasión. Sólo Maurel y Rodrick llenan de sangre y vísceras de sajón la hierba circundante...

sábado, 16 de junio de 2012

Año 501 - El Conde de Rydychan y la Boda de Morgana

El año empezó bastante mal para los caballeros de Salisbury, teniendo que negociar el rescate con el "usurpador" o nuevo con de de Rydychan y su hermano, Ser Belleus y Ser Bege. La negociación en la frontera entre Marlborough y Rydychan fue extraordinariamente tensa, con Sir Berel y Sir Bege en una complicada conversación. Sir Rodrick estaba gravísimo, con fiebre, pues sus heridas de la batalla empeoraron en las celdas y apunto estuvo de morir, si no llega a ser por un sanador de Wandborough. Muchas semanas tuvo que aguantar, mientras el Matarreyes volvia a Sarum con sus compañeros para aconsejar a la Condesa acerca de la estrategia a seguir con la situación de la guerra.

Mientras los sajones, los córnicos y las guerras intestinas asolan la tierra y todos reclaman un Rey que unifique Britania, en Salisbury Sir Maurel piensa en el paradero desconocido de su familia, niños y madre, y eso lo hace desesperar, impiudíendole conciliar el sueño y pasando unos días terribles. A pesar de ello trata de buscar consuelo en la condesa, la cual lo rechaza totalmente airada.

Pronto tendrán otras cosas en las que preocuparse, pues llega un mensajero dando aviso del rapto de la reina Ygraine de la abadia de Amesbury por parte de unos sajones. Al parecer pretenden desposarla para asi ser nombrados reyes... Los caballeros parten al galope en busca de los captores, y la escena que encuentran es sorprendente: sajones con cuerpos retorcidos y caras de terror, muertos por doquier, Ygraine totalmente conmocionada por la situación y Morgana mirando con cara de inocente los cuerpos. Cuando se le pregunta sólo dice "no fueron cuidadosos...".

Tras volver a Amesbury, Ygraine solicita el favor de los caballeros para acompañarlas al Gorre, más allá del Muro de Adriano, donde su hija Morgana va a ser desposada con el Rey Uriens. Tras pedir permiso a la condesa Ellen, parten por caminos reales con una gran mesnada de hombres de Silchester y Gorre, llegando sin problemas cruzando Lindsey, Malahaut y Cambria. 

La fiesta en el norte es ostentosa, pagana, con alcohol y mucho sexo... algo que nuestros cristianos caballeros no están muy habituados. Ahora les toca volver, pero esta vez solos...

jueves, 24 de mayo de 2012

Año 500 - De Aliados y Enemigos

Los caballeros continuaban su frenética cabalgata hacia Rydychan, sin llegar a entrar en Uffington y queriendo alcanzar la abadía de Abbingdon. Sin embargo sus esfuerzos fueron infructuosos, puesto que antes de llegar, y tras ser escoltados por un grupo de banderizos del Conde Defan de Marlborough, se encuentran con una patrulla de Sir Belleus, que planta cara, amenaza y advierte al grupo de caballeros, que se ve totalmente superado en número. Sin embargo las cosas no llegan a mayores puesto que aún se encuentran en territorio de Rydychan y no pretenden una disputa vecinal.

Los caballeros vuelven sobre sus grupas a pedir ayuda al Conde Defan, aduciendo a los hechos pasados en los que Sir Berel asesinara al abanderado de Salisbury para defender la ley de la condesa Ellen y de paso defendiendo la invasión por su parte de Marlborough. Sin embargo el conde no está por la labor, especialmente cuando conoce por un mensaje que Oxford está sitiada por ambos ejércitos, y el grueso no podrá ser fácilmente doblegado. Berel, persuasivo consigue que muy a pesar del conde, puesto que no quiere afrentas vecinales, Defan deje 15 caballeros y 25 soldados a Sir Maurel en su personal campaña, con la condición de que no porten el emblema de Marlborough.

Los caballeros parten al norte, cruzando el Támesis, y pasando junto al monasterio donde pernoctan. Sin embargo al día siguiente ven la terrible imagen de los señoríos arrasados y la llanura frente a Oxford totalmente invadida de tiendas, caballeros y artilugios de guerra.

Los hombres de Rydychan en seguida tiemblan al ver la superioridad numérica. Sir Delivant, gran estratega piensa que sería de gran ayuda que los ejércitos de la fortaleza supieran de su existencia, puesto que si no serán arrasados.

Comienza el parlamento. Sir Belleus y Sir Bege acuden con 30 caballeros a la llamada de Maurel. Sin embargo este no habla, y en su lugar Berel trata de persuadir a los bigotudos hermanos de Rydychan. Estos se niegan a hablar con Berel, mirando a los ojos a Maurel que permanece callado. Tras ser provocados en varias ocasiones, al final Maurel no aguanta, e insulta a Belleus, haciendo referencia a la cicatriz que éste le hiciera en la batalla de Oxford, cuando se tomó la ciudad hace dos años. Esto provoca que el parlamento acabe y comience la batalla.

Los caballeros de Rydychan comienzan a ponerse en formación de carga, mientras la mayoría de los soldados y caballeros de Marlborough les vence el pavor ante la gran superioridad numérica de más de tres a uno, con lo que huyen. Sólo los gritos del Matarreyes consiguen hacer que alguno, por respeto a este nombre, vuelva a las filas.

El choque es terrible, y a pesar de la fuerza del brazo de nuestros caballeros, son arrasados. Cabe destacar que Berel se mantuvo firme, y mató a tres caballeros rápidamente. Maurel también luchó con gracia, aunque fue derribado del caballo. Delivant y Rodrick son capturados tras caer en batalla. Maurel toca retirada, y huyen hacia el monasterio, donde se acogen a sagrado. Los caballeros de Rydychan no les persiguen, por temor a Dios, o por estrategia. Tienen capturado al matarreyes por el que cobrarán una gran suma de dinero.

Los caballeros magullados, y alguno gravemente herido, vuelven a Marlborough y a Salisbury respectivamente. La Condesa Ellen no está demasiado contenta con lo sucedido, pero de alguna manera no termina de estar a disgusto... ¿El amor? Sin embargo paga las 600 libras del rescate, lo cual hará pasar mucha hambre a la población, temerosa de un ataque enemigo, e impedirá terminar las obras de restauración de la muralla de Sarum.


jueves, 17 de mayo de 2012

Año 500 - Drama en el corazón de Britania

Las amenazas rodaban las fronteras de Salisbury. Por doquier los ejércitos avanzaban si resistencia aparente. Sajones, Córnicos, Galeses, Britanos... Se sabía que el Rey Idris con su hijo el Príncipe Mark, avanzaban desde hacía tres años y no parecía deternerles nada. De hecho ya amenazaban Dorset. Por otro lado en el sur seguía acechante el Príncipe Cerdic, autodenominado como "el destronado", por ser el hijo del Alto Rey Votigern. Quizás el más peligroso para los intereses de Salisbury. En Gales, tanto el Rey Nanteleod como Byrcheinog y las tribus de las colinas guerrean entre sí para la supremacía de Cambria. Al este los Anglos amenazan Caercolunt, Norwich y Buckenham. Al suroeste el Rey Aelle y el Rey Aesc combaten entre sí para proclamarse Bretwalda sajón... y por si fuera poco, entre los reinos britanos se desatan las disputas, como veremos a continuación.

Sir Maurel se encontraba ante una encrucijada personal, puesto que tras haber tomado matrimonio con Lady Nya, condesa de Rydichan, automáticamente se convertía en Conde de Rydychan, con el consiguiente rechazo de sus principales señores, especialmente Sir Bege y Sir Bellen, hermanos del difunto Sir Basile, Conde de Rydychan y actualmente una fuente de problemas. Ante tal situación, Maurel decide mandar a dos de sus hombres de mayor confianza, su escudero Martin y su tío Sir Gwedanm a Rydychan para ayudar a su esposa a tratar de llevar adelante los problemas avisando a Maurel ante cualquier altercado.

Mientras tanto, con Lady Ellen celosa por el reciente casamiento de Sir Maurel, en la comida de Pentecostés de Sarum, algunos hechos marcarán el principio de esta primavera como una de las más dolorosas que recuerda Sarum desde la noche terrible en St Albans. En la cena se habla de la situación económica de Salisbury, necesitada de fondos para reparar las murallas de la ciudad, dar de comer a sus gentes y pagar los diezmos que demandan los sajones. Todos realizan una colecta, promovida por Sir Berel. Tras estas explicaciones, y tratando de convencer a Maurel de que Rydychan debe pagar a Salisbury, Sir Allan explica a la corte cómo ha realizado incursiones en la vecina Marlborough. Ante el revuelo generalizado se alzan voces a favor y en contra. Los caballeros aconsejan a Ellen castigar a Allan, pero por el momento se marcha. Sin embargo, y ante la insistencia de sus consejeros, van tras el para traerlo de vuelta. Una acalorada discursión entre Sir Allan y Sir Berel produce el sonido de aceros, y sólo la autoridad del barón Matarreyes permite zanjar el asunto, por ahora.

Sir Allan es juzgado in conminado a devolver lo saqueado y pedir perdón a Marlborough. A regañadientes obedece, sin embargo la deuda pendiente con Sir Berel, enfurecido y dolido en el amor a su familia, produce una guerra sin cuartel. Los escudos chocan, las espadas brillan ylos golpes son terribles, provocando chillidos de las damas y voces asombradas de los caballeros. Ante un error de confianza de Allan, Berel no mide sus fuerzas y atraviesa por el vientre a su contricante, sacabdo la espada casi por la boca del cuerpo de Allan. La visión es terrible, y la gente grita alocada, mientras los caballeros asombrados se dan cuenta del suceso. Berel, absolutamente fuera de si, con el cuerpo cubierto de sangre y de ira, clama por su honor, el honor de su familia y el de su condesa, pero esta no perdonará facilmente a Sir Berel, que ha provocado una terrible afrenta a la familia del abanderado de West Lavington. Sin embargo, Berel, arrepentido, se confiesa ante el Obispo de Sarum, Roger, que ya ayudara a su hermano en el Juicio contra los Caballeros de la Espada. El Obispo intercede ante la Condesa, que pide a Sir Berel que se humille ante la familia de West Lavington. Y así se hará. Berel, arrepentido, se arrodilla y pide perdón como humilde cristiano, por aquello que considera un error, arrebatar la vida a un cristiano, contra la voluntad del señor.


Pocos días después, llega la carta de Sir Gwedan a Maurel: los problemas han comenzado en Rydychan, y los hermanos an empezado a asolar el condado. Los caballeros piden permiso y parten raudos.

En el viaje comentan con el Señor de Vagon y de Wanderborough los pormenores de la guerra y de los últimos acontecimientos. Todos están de acuerdo que hace falta que llegue un Rey.

Siguiendo el camino al norte, Maurel tiene la imperiosa necesidad de pasar por el Caballo Blanco, huella de sus antepasados, dunde, ante la mirada atónita de sus compañeros, se encuentra con un precioso unicornio, que frota sus crines ante la faz del caballero.


lunes, 14 de mayo de 2012

Poema del Rey Sauvage

 Extracto de un poema, cantado por un trobador en la Corte de Sarum en el Invierno de 500.


En la tierra donde los caballos nacen con alas de águila
y las abejas perdieron el aguijón
cantan por siempre, oh sí.
Cachorros de león con ciervos
ríos hechos de vino fluyen claros por siempre.
Los dragones vuelan como gorriones por el aire y
los terneritos son guiados por La Diosa

Él dirige el aire y da vuelta las mareas oh sí el guía los vientos
Mi Rey de Sauvage puede ver las cosas
que no
están ahí para vos y yo..mi Rey de Sauvage
puede hacer bien y nada mal

Luego llegó el hombre a salvajear en la noche
A correr como ladrones y a matar como cuchillos
A sacarle poder a la mano mágica
A traer ruina a la tierra prometida

la leche ácida se tornó azul
en la sangre de mis venas
(¿por qué no lo pueden ver?)
Fuego ardiendo en el infierno con el llanto del dolor
Hijo del cielo libérame y déjame ir
El mar se seca y no hay sal en la arena
Las estaciones vuelan sin ayuda
Los dientes brillan como perlas
para los ojos de los hombres pobres

Alguien...
Alguien vació el color de mis alas
Alguien rompió el anillo del círculo de hadas
y avergonzó al Rey en todo su orgullo
Cambió los vientos y las mareas
Madre Mercurio, mira lo que me han hecho
No puedo correr
No me puedo esconder

sábado, 12 de mayo de 2012

Año 499 - Por fín King of Sauvage !!!

Cuando a algunos ya se les pasaba por la cabeza abandonar, con el invierno a la vuelta de la esquina, y con  el sendero que remontaba el río que da a su fin, los caballeros llegan a un pequeño señorío perdido en la  inmensidad del bosque. Allí, encontraron a campesinos que trabajaban las tierras de alrededor, y una casa  señorial regentada por un tal Hedres, administrador de Sir Plenorias, que no se encuentra en ese momento. 

Los caballeros, en su afán por encontrar el Castillo Sauvage, preguntan al administrador y a Sir Plenorias,  cuando llega en pocas horas, pero parece que sus esfuerzos por conocer dicha información son infructuosos. Se  asean, se afeitan y se lavan, tras lo cual vuelven a hablar para la cena con el caballero, que les confiesa  que su señor es el mismísimo Rey Sauvage. En estos momentos hay gran tensión, puesto que Sir Plenorias exige  que los caballeros irán al castillo en son de paz, a cambio de llevarles allí. Tanto Sir Berel como Delivant  están de acuerdo en ir pacíficamente, y ambos dan su palabra de honor. Sin embargo Sir Maurel no las tiene  todas consigo. No responde de sus actos, cuando su hijo está por enmedio. Finalmente consiguen convencer al  caballero para que les guíe hasta el castillo, que finalmente resultó estar a tan solo un par de millas.

El castillo de nuevo se alza ante nuestros caballeros y todos tienen la sensación de haber estado allí antes.  Es como si se tratara de un sueño, de un momento pasado que quedó en el subconsciente. Los colores rojo y  verde están por doquier, colores del Rey Sauvage. El puente levadizo se halla abierto con Sir Lance  esperándoles y permitiéndoles el paso al venir junto a Plenorias. Este se despide y los deja con dos curiosos  caballeros: Sir Sol y Sir Luna. Estos curiosos personajes llevan a los caballeros a una enorme sala en el  castillo donde se encuentran a los que serán sus únicos interlocutores a priori: el Enano Sauvage, el Galante  Sauvage y la Dama Sauvage.

Con cierta confusión, comprenden que serán tres personas con tres pruebas para poder ver al Rey. Cosa que  recuerdan de los sueños. Así pues comienzan la primera prueba con el enano, un feo personaje, bastante  hablador y de grandes conocimientos. Desafía a nuestros caballeros a una partida de ajedrez. Sir Maurel y Sir  Berel lo intentan, mientras el enano no para de hablar sobre temas diversos: heráldica, cetrería, sus  tierras... sólo la concentración de Maurel consiguen derrotar al enano.

Posteriormente irán con el Galante, un guapo caballero de pelo largo y rubio, de voz penetrante, que llevará  a nuestros hombres a ver sus aves de cetrería. Según él cada una de ellas se corresponde con un rasgo de su  personalidad. Así se comportarán las aves. De nuevo Maurel mostrará motivación para ello y supera la prueba.

Finalmente la dama les espera en el salón, justo en el momento en que un grupo de jinetes vestidos de manera  estrambótica, pequeños y con las orejas puntiagudas, hace su aparición en la sala, montados en sus caballos.  Un ser desagradable, maleducado, se presenta como El Rey de las Hadas, tratando de provocar a nuestros  caballeros, sin conseguirlo.

La prueba de la dama resulta ser una simple prueba de cortesía, y de nuevo Maurel la supera. ASí pues,  visitan al Rey Sauvage y Maurel puede ver a su hijo capturado. Todo lo que hablaron el Rey y Maurel, sólo lo  conocen el Rey y Maurel, pero cabe decir que la vida del niño es demasiado importante para el Rey, y Maurel  se compromete a llevarse a su matrona y a devolverla al Reino de Sauvage si su vida se viera amenazada. 

Sir Lance guia a nuestros caballeros hasta Oxford, donde Lady Nya, la madre del niño y Condesa de Rydichan  espera noticias. La felicidad es completa cuando se reencuentran madre e hijo, y sucede una cosa curiosa: el  niño feérico parece tener cierta empatía con su "análogo".

Finalmente Maurel y Nya celebran su matrimonio con gran pompa general, y no sin ciertos recelos por parte de  muchos de los caballeros del condado, que lo ven como un hombre extranjero que ha querido aprovecharse de su  condesa viuda.



Ryddychan ha pasado a formar parte de los dominios de Salisbury.. sin embargo quizás sea una fuante de problemas más que de riquezas...

sábado, 5 de mayo de 2012

Año 499 - Desesperación

La mañana amanecía húmeda, como todos los días. Los huesos doloridos, la cara llena de barba y de rocío, sucios, fríos... Los días pasan y el Bosque Sauvage es interminable. Nuestros caballeros remontan totalmente desorientados un río hasta su nacimiento en busca del corazón del bosque, para así poder encontrar el Castillo Sauvage y a su rey. Tan sólo el amor por su hijo perdido hace que Sir Maurel no pierda el juicio totalmente. Por contra sus compañeros, especialmente Sir Berel, se muestran activos y animados, a pesar de todo...

Delivant, demuestra que a pesar de ser noble, su corazón sigue siendo aventurero, y con nada más que una enorme lanza, se aventura a caminar en medio de la floresta en busca de algo que echarse a la boca, puesto que cada día sus huesos se acercan más a la piel... Tras una pequeña búsqueda da con el rastro de un jabalí, que resulta ser una enorme pieza. Con sigilo llega cerca del animal y de una terrible estocada atraviesa el cuello del berraco. Comida al fin. Con la ayuda de Maurel preparan el animal para ser cocinado. Tras un gran festín y aprovechando la grasa del animal para reparar sus maltrechas armaduras y aperos, duermen a pierna suelta con la barriga llena.

Sin embargo casi dos días en el mismo sitio resultó ser problemático, pues al siguiente día, un nutrido grupo de bandidos armados de arcos y conocedores perfectamente de lo que hacían atacaron al grupo desarmado emboscándoles y obligándoles a dar todo el poco dinero que les quedaba encima. No queda más que partir, seguir la búsqueda del misterioso Castillo Sauvage y su enigmático Rey.