Todo parecía sobre ruedas, puesto que Sir Maurel y Sir Berel iban a pasar la primera noche en el castillo de plata… sin embargo a la mañana siguiente se despertaron entre el rocío y la niebla vespertina de la selva Sauvage, sin sus posesiones y como si hubiesen pasado allí toda la noche. ¿Qué fue del castillo de plata? ¿Fue un sueño? ¿Es esta la primera prueba?... Ante el desconcierto inicial, los caballeros tratan de orientarse en un bosque sin visibilidad, yendo sin armas ni armadura. Pronto la niebla se disipa ante una enorme cascada de un río, y un caballero que espera a nuestros héroes. Se presenta como Sir Lance, un extraño tipo de orejas puntiagudas que devuelve las armas y armaduras a nuestros caballeros, indicando que deben batirse en duelo con el si quieren cruzar el río. Ante las preguntas a este acerca del castillo, sólo le sacan que a unas millas al norte se encuentra el castillo de Brun, donde se encuentran sus compañeros Llywel y Delivant.
Así pues Sir Lance se bate en combate con Sir Berel a pie, y este es derrotado. Posteriormente lucha en justa contra Maurel y Lance es derribado. Este será el primer desafio de justa del que tengan conocimiento nuestros caballeros.
Tras cruzar el puente llegan a Brun, y se entrevistan con el barón, con Delivant y Llywell, que han comenzado a disfrutar de los placeres de la buena vida, comiendo, bebiendo y jugando al ajedrez. Sin embargo finalmente deciden retomar la búsqueda del castillo Sauvage junto al resto de sus compañeros.
Bajando al lado de un río se pierden en varias ocasiones por el bosque, y se enfrentan a criaturas feéricas tales como horribles brujas, duendes que cambian de tamaño, gigantes… y el viaje se empieza a hacer muy duro por las condiciones climatológicas, porque no pueden cabalgar, y porque no saben donde están. A pesar de que tienen comida para una semana, esta puede empezar a escasear pronto.
Finalmente llegan a un estanque de aguas sagradas donde se encuentran con un grupo de druidas que le indican que el centro del bosque puede estar al noroeste. Tienen que encontrar un rio caudaloso al norte, y remontarlo. Cuando lleguen al nacimiento se hallarán en el centro del Bosque Sauvage.
Con esta información, los caballeros deciden vadear el río actual y emprender el viaje. La noche justo anterior a vadear el río, unos pequeños duendes importunan a Sir Maurel, indicando que son espías del Rey Sauvage… lo que faltaba para sacar de quicio a nuestro caballero, cuya cordura empieza a desvanecerse poco a poco…