sábado, 31 de octubre de 2009

Año 490 - La Batalla de Lindsey y otros acontecimientos

El año 490 fue un gran año para los britones, pues se libró la terrible Batalla de Lindsey, de enormes proporciones, donde 5000 britanos al mando del Rey Uther, y como principales lugartenientes al Duque Ulfius y al Duque Gorlois de Cornualles. 10.000 sajones hicieron frente al ejército de Uther, capitaneados por los temibles nobles, el Rey Octa, hijo de Hengest y Eosa el Gigante, que ante todo codiciaban la Espada de la Victoria para hacer compañía al hacha Mendod (la muerte de los hombres), en poder del Rey Octa.

Sir Maurel tuvo que ausentarse por unas terribles fiebres que le dejaron fuera de combate.

Al alba, y en las llanuras de Lindsey, se enfrentaron ambos ejércitos, con clara superioridad numérica sajona pero con mejores tropas britonas. La primera carga fue terrible. Un horrible estruendo chocó los ejércitos. Los huesos y la sangre saltában a borbotones. Tan terrible fue que Sir Florence estuvo muy, muy cerca de dejarse la vida en la acometida, pues fue recibido por un terrible hachazo de un enorme berseker que lo desmontó de un mandoble y cayó medio muerto al suelo. A punto estuvo de desangrarse, y sólo la suerte o la voluntad de la Diosa, quisieron que un alma caritativa sacara su cuerpo a rastras de la batalla y le ofreciera primeros auxilios. El resto combatieron con denuedo, y los cuerpos de los sajones fueron cayendo fácilmente.

El siguiente en caer fue el joven e inexperto Rodrick, que a pesar de luchar con ferocidad, fue pronto derribado y tuvo que salir como pudo de la refriega. Al fondo la Espada de la Victoria caía sobre el enemigo sin piedad, mientras Sir Miles y Sir Delivant luchaban con la ferocidad y el valor que les otorgaba su odio hacia los invasores sajones. Poco después Miles fue herido de gravedad en un brazo, y tuvo que salir como pudo, aguantando el dolor y tratando de contener la hemorragia: Gorlois capturaba a Eosa y hacía huir al flanco derecho, mientras Uther y sus caballeros castigaban las huestes de Octa. Poco después Uther hacía retirarse al rey Octa, y Miles, con sumo valor cargó de nuevo contra el enemigo, enfrentándose a dos generales y haciéndose con el estandarte con cabeza de lobo negro. Sin embargo el gran héroe del día fue Sir Delivant, que con terrible furor y temible furia para una persona de su control y temperamento, hundió la espada en el pecho del Rey Octa, derribándolo y dejándolo fuera de combate.

Persecución y muerte. La batalla estaba ganada por victoria aplastante y Octa y Eosa estaban capturados y gravemente heridos.

Tras la gran fiesta de victoria en Lindsey hizo su aparición la belleza de la Duquesa de Cornualles, Ygraine, y con ello los corazones extasiados de todos los presentes, algunos enamorados y otros cuyo deseo no les dejaba ni tan siquiera pensar. Sin embargo el más deseoso de todos era el propio rey Uther, cosa que no pasó desapercibida para Cornwall.


Poco después nuestros caballeros, ligeramente recuperados de sus heridas, acompañaron a la corte del rey a los reinos del norte, visitando a emisarios del Rey Uriens y Lot entre otros. Alcanzaros acuerdos de no agresión que a punto estuvieron de romperse por el intento de asesinato de un hombre, al parecer cercano a Uriens, que trató de asesinar al Uther, salvado en última instancia por Sir Miles.

En Navidad la mayoría de los principales nobles fueron convocados a Londres, y en contra de sus deseos fueron retenidos muchos de los principales nobles, especialmente Gorlois de Cornualles y su esposa Ygraine. Ya para nadie pasaba desapercibido el deseo de Uther hacia la duquesa, y las cosas fueron llevadas a tal extremo que Gorlois tuvo que abandonar en subterfugio y bajo extrañas artes arcanas, la compañía de Uther en Londres para partir hacia su hogar. Uther montó en cólera pues lo consideró un insulto a su personalidad, y de nuevo declaró la guerra a Cornwall.

En el invierno, tanto Miles como Florence contrajeron matrimonio, lo cual fue celebrado por el Conde Roderick con gran pompa en el castillo de Sarum.

Tras este año las cicatríces y el carácter de los caballeros cambió radicalmente, pues la experiencia empezaba a convertirlos en héroes.

lunes, 26 de octubre de 2009

La amenaza del norte

Octa y Eosa amenazan con su ejército de sajones por las tierras del norte... Los hijos del gran Hengist reclaman la tierra de Britania y buscan el preciado tesoro de Uther, aquella Espada que da la Victoria sin la necesidad de la lucha. ¿Lo impdedirán nuestros aguerridos caballeros britones?

Octa y Eosa

viernes, 23 de octubre de 2009

489 - La Paz de Excalibur y el Pretor Vengativo

Tras las victorias conseguidas en Francia y Logres, Uther se ve capaz de enfrentarse con su mas temido enemigo: el Duque Gorlois de Cornualles. Sin embargo, llegan noticias de que en el norte, Octa y Eosa, hijos del famoso Rey Hengist de Kent que antaño muriese bajo la espada del Edol de Gloucester, habían tomado tierra en el norte, con lo que los ejércitos de Lindsey son ordenados a retenerlos. El resto han de acudir a la llamada de Uther para combatir a Gorlois.

El sitio de la batalla está elegido, sin embargo pronto se dan cuenta que el número de caballeros que han acudido es sensiblemente más bajo de lo esperado, con lo que posiblemente no haya suficiente para combatir al poderoso duque. En una pequeña depresión con un frondoso bosque, ambos ejércitos se encuentran. Por un tiempo se vigilan y la tensión se puede sentir en el ambiente. En un momento dado Uther con su grupo de confianza y Gorlois se encuentran en el centro del valle. Uther extrae a Excalibur de la vaina, y ante la sorpresa y el murmullo general, Merlin grita:

"¡ Admirad la Espada de la Victoria ! ¡Excalibur!, Forjada cuando el mundo era jóven, y pájaros, y bestias y flores eran como el hombre. Y se tenía la muerte por un sueño..." Da la palabra a Uther y este responde, "¡ Una tierra, un rey ! Esa es mi paz, Cornwall". Ante la tensión reinante, Cornwall, mirando a sus vasallos responde "Si yo, cedo ante el poder de la Espada, ¿Vos en que cedereis?". Uther, tocado en su orguyo "¿Ceder yo?", sin embargo Merli parece aconsejarle algo al oido, y Uther responde, "La tierra que desciende hasta el mar será vuestra, si os sometéis a la voluntad del Rey". En esos precisos momentos la espada comienza a mostrar su poder, y Gorlois junto a sus caballeros no les queda otra que someterse "¡Hecho!". Ante el alboroto y el gozo general, todos los caballeros celebran una gran fiesta en las llanuras de Devon.


Tras la fiesta, los caballeros son enviados al norte, para apoyar a Lindsey a combatir a Octa y Eosa. Saben que Octa y Eosa no piensan presentar batalla todavía, con lo que lo más seguro es que se planteará una guerra de escaramuzas. Cuando viajan al norte se encuentran con que un señorío ha sido tomado por un grupo de soldados extrangeros, que abusan de los lugareños y se muestran de manera hostil. Tras un primer intercambio de insultos, comienza el combate. Se trata de un grupo de romanos franceses, reducto del ejército del pretor. Sin embargo el cabecilla parece demasiado seguro de si mismo, como si ostentara un gran cargo, y además lucha con una fiereza brutal. Resisten, a pesar de su embriaguez, la primera carga de los caballeros, e incluso el cabecilla deja fuera de combate de una grave herida a Sir Miles. Sin embargo entre el corpulento Maurel, Delivant y el resto acaban con el grupo de aguerridos combatientes, que no resultaron otros que el pretor Syagrius y su hueste.

En Invierno las noticias de la caída de Syagrius ante Claudas y la huida a Britania se mezclaron con la noticia de la muerte a manos de Sir Maurel. El renombre de los Caballeros de la Espada crecía...

Año 488 – Final

Tras ser destruido el brujo sajón que se supone asolaba los señoríos de salísbury con insanos propósitos, los caballeros vuelven a sus señoríos. Sir Delivant es agraciado con un segundo hijo, al cual le pone el nombre de su fiel amigo que le salvó la vida en los pantanos con los tritones: Miles. Florence continúa con sus borracheras y sus escarceos amorosos poco duraderos, Sir Maurel descubre que su mujer ha sido rechazada por Sir Gwedan de Silchester y se ha confinado en la abadía de Amesbury.

En la corte de Navidad en Sarum, su señor les cuenta las nuevas de Francia: Madoc ha tomado junto con sus caballeros y el Pretor Syagrius la ciudad de Balleaux, además de asolar gran parte de la costa oeste de Francia. Sin embargo tras tomar la ciudad, los caballeros britanos volvieron grupas a su tierra, ante el enfado y la desesperación del pretor, que quedó a merced del Rey Claudas de los Francos.

Al final del año también muere el padre de Sir Maurel. Se celebra un gran funeral en Wilton al que acuden los principales nobles, incluyendo a Ulfius de Silchester. Maurel heredaba el Feudo de su padre, y con ello toda la responsabilidad. Un caballero cercano a Sir Guy, Rodrick Cassel, se presenta ante Sir Maurel para servirle. Al parecer el padre de Rodrick sirvió a Sir Guy fielmente, y Rodrick, de férrea moral, piensa que ha de servir a la familia lealmente, sobre todo desde que se enteró, a través de una amante, que Maurel pasaba por un tiempo más que extraño, donde su mente se encontraba ausente y se comportaba de manera extraña.



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miércoles, 21 de octubre de 2009

Año 488 - El Combate por Amor - Los Tritones y la Muerte de Osric el Hechicero

"La hierba crece fresca en los claros del Bosque de la Diosa. El viento vuela libre en sus colinas, y los animales campan a sus anchas desde hace miles de años, entes de la llegada de los Nuevos Dioses. Los druidas gustan de buscar plantas y bayas por esta floresta, por su especial poder, pues grandes líneas de pastos unen los poderosos bastiones de los Grandes Robles, los Túmulos y el Círculo de Piedras sagrado de Stonehenge.
Sin embargo algo atemoriza tu mente y provoca que se te ericen las crines. Sientes un desasosiego, como si algo estuviera rompiendo de manera brutal los equilibrios de la naturaleza. Cabalgas hacia allí rápidamente. Te lleva casi todo el día atravesar los bosques de esta zona, hasta que sientes como un gran vacío en tu corazón, y lo que antaño fue un rincón de gran belleza está totalmente devastado, los animales han huido y los árboles y plantas se encuentran atemorizados. El agua ya no mana por donde antaño corría un abundante manantial. Sientes que estás en peligro y con ello la imperiosa necesidad de buscar la fuente de tu desasosiego. Cabalgas de nuevo hasta que las patas duelen sin cesar. Sientes que tu cuerno cobra fuerza, se carga de energía… La imagen que se alza ante ti es terrible: dos enormes perros infernales con los ojos inyectados en sangre atacan a un grupo de guerreros, y arriba entre unas rocas un poder maligno está trayendo sobre ellos terribles vientos y nubes de tormenta. Esto te hace daño, y corres en busca de una posible muerte.
Pero la Diosa está contigo y una poderosa luz se alza ante ti. Cuando te acercas al grupo de guerreros que caen bajo las fauces de los enormes perros adviertes que el escudo de uno de ellos te es familiar. Un caballo de sangre sobre un mar de plata… La cabeza te da vueltas mientras tratas de buscar la mirada del guerrero, que ya cae inconsciente sobre la hierba. La luz poderosa estalla, los perros huyen despavoridos.
Despiertas con un sudor frío. No sabes si era sueño o pesadilla, pero afuera, en el patio de armas, te espera un enemigo para librar combate por el amor de una dama. Esto es la vida real…"
Este fué el sueño de Sir Maurel poco antes de enfrentarse a sus adversario en dura lid. El día amaneció lluvioso, con lo que los cotendientes lucharían por el amor de su dama entre el barro. Tras recibir el ánimo de sus compañeros, comenzó la lucha. Sir Maurel derribó primero a Sir Gwaid, pero su caballerosidad le hizo bajar del caballo y luchar en igualdad de condiciones. A pesar de que Sir Gwaid estaba noqueado, atacó con la veteranía y fiereza que ya todos conocían, y en una serie de mandobles depuso a su adversario bajo el barro, solicitando su rendición y pidiendo perdón para él y para Lady Adwen, Maurel accedió a su rendición.
Tras terminar el combate, Sir Gwaid y el mismísimo rey Uther fueron a la tienda, el primero para solicitar perdón y el segundo para felicitar a Maurel por su valentía y honor en el combate.
Acompañaron a Uther en viaje a los pantanos de Somerset, para encontrarse con el Conde de Jagent e ir a ver al rey Cadwy para pedirle que rindiera homenaje ante Uther. Tras una larga conversación, Cadwy convino que juraría vasallaje siempre que los valientes caballeros del Rey Uther ayudaran a Somerset con los tritones que asolaban la principal fuente de alimento: la pesca. Los pescadores sufrían contínuos ataques de estas terribles bestias, con lo que tuvieron que echarse a los pantanos y entre nieblas y aguas infectas, enfrentarse a estos monstruos. Cabe destacar la fiereza del combate realizado por Sir Miles, que él sólo acabó hasta con tres tritones y ayudó a Delivant a no ahogarse ante el agarre de uno de ellos. Tras volver triunfales con decenas de piezas, lograron la lealtad del Rey Cadwy.
Volvieron a casa, y con ello las preocupaciones de cada uno de ellos. Sir Maurel tuvo que despedirse de su mujer, pues Uther había anulado su matrimonio, y Sir Miles se enteró por lugareños de la zona que de nuevo se habían encontrado signos de rituales como los aparecidos en Broad, con lo que la alarma surgió de repente en los pensamientos del caballero. Por su parte Maurel de nuevo sintió la llamada de un poderoso pensamiento que le hacía pensar en buscar la libertad, fuera de las ataduras familiares, y algo le llevó a cabalgar de noche, sin silla de montar y sin armadura al encuentro de si amigo Miles.
Así pues el ejército fantasmal que antaño acabara con Broad se alzaba ante Dinton, población que fue evacuada previamente por Miles. El combate comenzó y pronto vieron que los fantasmas eran "inmortales", puesto que nada podía derribarlos. Sin embargo Maurel se fijó en que tras los árboles acechaba el que , a buen seguro era responsable de todo: Osric el hechicero, con lo que tras una larga persecución los dos quedaron a solas en un claro del bosque. Maurel temía que Osric usara sus poderes como antaño hiciera con los infernales perros o las tormetnas que les acecharon, sin embargo, y ante su sorpresa, un enorme y blanco unicornio, tal y como en sus sueños, apareció de entre los árboles para atacar con fiereza al odioso sajón.

viernes, 9 de octubre de 2009

Año 488 - Honor Mancillado

Tras la vuelta a Sarum, Uther está encantado con las noticias de Malahaut, pues aunque no tiene la lealtad firme, ha conseguido la del poderoso Duque de Lindsey y además su hijo ha salido victorioso de la incursión marítima contra los barcos sajones. Así pues parte hacia Winchester toda la corte con un Rey y un príncipe felices.

Sin embargo el invierno sería crudo para Maurel, pues en la fiesta de Navidad en Sarum, es informado por parte de su fiel amigo Sir Delivant de la infidelidad de su esposa con Sir Gwedan, un influyente abanderado de la corte del Duque Ulfius de Sílchester. Delivant en principio no sabe cómo reaccionar, pero al llegar a Sarum la corte real con la comitiva de Sílchester para partir hacia Clarence para buscar lealtad, se cruzan con Sir Gwedan y el honor de Sir Maurel es herido de muerte.

Así pues tras informar al rey de la afrenta, se solicita justicia por amor de la dama en la llanura de Sarum. Al alba Sir Maurel y Sir Gwedan combatirán por el amor de su dama. ¿Reconocen el escudo del dibujo?

Año 487 - Embajadas a Lindsey y Malahaut

"Merlín entrega al Rey Uther la Espada de la Victoria, Excalibur. Uther la utiliza para ganarse la lealtad de un vasallo poco colaborador, el Duque Corneus de Lindsey" - Saxo Grammaticus, cronista.

Tras los terribles hechos acontecidos en la primera mitad del año con el Desastre de Broad, nuestros caballeros acuden a Sarum tras recuperarse de sus heridas para acompañar al rey de embajada al norte, para tratar de buscar la lealtad del Duque Corneus y el Rey Heraut de Aprés respectivamente, ambos poco colaboradores en la guerra contra los sajones. El Conde Roderick les permitió elegir entre permanecer con el rey o acompañar a Madoc en una incursión contra los barcos sajones en la costa sudeste.

Los caballeros se sienten especialmente honrados de poder acompañar a Uther en dicho viaje, especialmente Sir Maurel, al que el poco aprecio que demuestra su padre hacia él le hacía pensar que jamás sería considerado como un buen caballero a los ojos de nadie poderoso. Sin embargo esto lo hacía muy diferente.

El viaje hasta Lincoln fue fácil, puesto que nadie se atrevió a atacar la hueste del rey Uther. En Lindsey fueron recibidos de manera correcta aunque Corneus se mostró distante y frío ante el rey. Las cosas no parecían ir muy a favor y todo hacía pensar que el Duque no juraría vasallaje.

La fiesta que vino después fue excesivamente tensa, ya que ambos lores permanecían serios y en silencio. Llegado el momento Uther decide romper el hielo, y ante la cara atónita del Conde Corneus, solicita a los caballeros, que cuenten su Aventura de La Espada del Lago. Sir Miles se disculpa puesto que su mente está muy lejos de allí, quizás perdida en los ojos azules de una chica llamada Anne, desaparecida sin que el pobre Miles pudiera hacer nada para remediarlo. Sin embargo Maurel narra su hazaña de la Espada, la dama del lago y Merlin, ante lo que el Duque queda bastante extrañado y sorprendido.

Sin embargo la sorpresa de Corneus se convierte en admiración cuando Merlin cuenta la historia de la forja de Excalibur tiempo ha, por las damas del lago, fieles servidoras de la Diosa y de los poderes Arcanos en la mágica Isla de Ávalon. Tras esto Uther muestra la magnífica espada y tanto el Duque como el resto de los presentes quedan admirados y extasiados. Ante tales circunstancias, Uther pide lealtad al conde y este, admirado por semejante fuente de poder, se arrodilla ante el Rey y le jura lealtad.

Los caballeros pronto reciben el encargo de realizar labores de embajadores al Rey Heraut de Aprés en Malahaut, con lo que parten con el sello real a la antigua ciudad romana de Eburacum, capital del reino norteño. En el viaje pueden comprobar cómo la zona este, más pantanosa, está infestada de grupúsculos sajones que saquean las poblaciones sin parar. Al llegar a la fría Eburacum, son recibidos con cajas destempladas por parte de los “heraldos” de la zona, más parecidos a viejos guerreros romano-britones que a nobles o soldados. En el puente sobre el rio Ouse Bank fueron desafiados por guerreros norteños, obligando a los caballeros a pagar para pasar a Malahaut. Sin embargo Sir Miles pidió un desafío a espada y, tras ser derrotado sufrió la humillación de tener que pagar para entrar en Eburacum y escuchar la mofa de los norteños en contra de la casta de los caballeros del sur de Britania. A pesar de todo demostró ser un caballero valiente y buen guerrero.

Son informados que el Rey Heraut está guerreando con los sajones y son invitados a permanecer en la zona restringida sur de la ciudad. Tras tal recibimiento nuestros caballeros deciden partir hacia el este en busca del Rey. Tras una terrible emboscada en los pantanos por parte de un grupo de sajones, llegan al campamento del rey y son recibidos por este. La respuesta final del Rey es un “ya veremos. Cuando tenga tiempo hablaré con Uther…” y los caballeros no consiguen nada más que participar en una cruenta batalla en la cual aplastan a un ejército sajón que se bate en retirada.



lunes, 5 de octubre de 2009

Año 487 – La Gran Fiesta de la Espada y El Despertar del Romano

Este año la corte se celebraba en Sarum. Los caballeros y las damas de Salisbury no tenían otra conversación, y los sirvientes trabajaron sin cesar hasta la llegada de la corte del Rey Uther, acompañado por su hijo Madoc y un gran grupo de nobles. Era por todos sabido que el rey no pasaba por sus mejores momentos, y su ánimo andaba decaído tras los últimos fracasos en las batallas contra los sajones.

Los caballeros pronto se enteran que Madoc va buscando voluntarios para partir de saqueo por la costa a perseguir barcos sajones. Sin embargo el interés en la corte es mayor. En la víspera de Navidad, cuando todo el mundo se regala presentes, y los caballeros son obsequiados por sus nobles y por el mismo rey, Madoc regala a su padre un excelente botín de guerras sajonas, incluyendo un estandarte capturado en batalla. El presente es impresionante. Sin embargo algo debería cambiar las cosas esa misma noche. Merlin aparece de repente portando un bulto, y tras presentarse ante el rey, muestra respetuosamente la espada que fue tomada de manos de la Dama del Lago, donde los caballeros jugadores estuvieron presentes.

El regalo es majestuoso. La espada, Excalibur, es de gran poder, y al desenvainarla todo el mundo la admira y queda extasiado por su sólo fulgor. El rey se siente poderoso para reclamar la soberanía a aquellos que se la han negado y anuncia que viajará al norte, a Lindsey y Malahaut para reclamar lo que cree suyo por derecho.

Esa misma noche los caballeros son señalados por el mismísimo Merlín para que cuenten la hazaña de la lucha contra el gigante y el nukalavee, jinete y caballo en un ser de tejido arbóreo… para luego presenciar cómo la Dama del Lago da Excalibur al poderoso druida. Sir Miles da lo mejor de su prosa y el rey queda impresionado.

Tras decidir que los caballeros acompañarán en verano al rey a Lindsey, vuelven a sus señoríos, para que Miles se encuentre con un mensaje de su amigo Sir Hedrens para que acuda a Broad, al sur de Salisbury y dentro del bosque, para ayudarle en un terrible problema.

Al parecer sus tierras se han secado y los animales han muerto. La hambruna ha venido a Broad como una maldición. Miles teme volver a Broad, pues desde que fue de pequeño con su padre sólo recuerda a una joven rubia de ojos azules como el cielo que a menudo se le aparece en sueños y de la que siempre se ha sentido enamorado.

Al llegar a Broad (son recibidos por un criado de origen sajón, llamado Osric) se da cuenta que lo que ve es mucho peor que lo que pensaba. Anne, la amada de la infancia de Miles está pálida y enfermiza y el pueblo muere de hambre. Los pájaros no cantan y no hay niños por las calles. Tras preguntar un poco descubren que todo puede ser debido a una antigua maldición de un general romano que pereció antaño en estas tierras y no descansa en paz. Una cruz regentaba la zona, y dos personas han desaparecido desde entonces yendo a investigar lo sucedido.

Los caballeros se arman de valor y de noche visitan el túmulo del general, donde descubren a un anciano muerto (aldeano) y restos de una ceremonia de invocación. También descubren a un joven aldeano, Edar, que anda vagando por la zona. Tras llevarlo a la aldea, descubren que es Osric el sajón el que andaba detrás de ello, pues una anciana lo ha visto realizando artes arcanas, tras lo que huye a las colinas.

Sin embargo fue superior a nuestros caballeros, pues al intentar alcanzar al sajón en su guarida, este desató toda su magia y lanzó terribles vientos y dos perros del infierno contra ellos, los temibles Barguest sajones, que acabaron con todos ellos, dejándolos fuera de combate y que sólo la intervención divina pudo salvar sus vidas.

Cuando volvieron a Broad totalmente heridos y maltrechos todo el pueblo había sido arrasado por un ejército, como salido de la nada. Hedrens y Anne habían perecido, al igual que todos los habitantes. El pesar llenó el corazón de nuestros caballeros, en especial el de Miles, que entró en una profunda depresión al ver el cuerpo sin vida de aquella preciosidad que en vida fue su amor platónico.

Tan sólo Dios sabe que ocurrirá con las ruinas del señorío de Broad en un futuro, y si aquello que acabó con la vida allí volverá a manifestarse en algún momento.