Tras el anterior año de contiendas, la situación en Salisbury estaba en el punto álgido, esperando el golpe definitivo del poderoso Rey Nanteleod para derrotar a Cedric el Sajón, hijo de Votigern el Tirano. Todos los britanos tenían esperanza en que ese momento llegara, especialmente sabiendo que el ejército de Nanteleod era muy superior en número y calidad al de Cedric.
Así pues, nada más llegar el verano, el Rey Cedric remontó el río hasta la decrépita ciudad de Winchester para presentar batalla contra Nanteleod, que marcha hacia el sur a través de Salisbury. Otras fuerzas se unen a su causa conforme avanza.
El Pantano Netley, cerca de Winchester, es el lugar elegido para la fastuosa batalla. Nanteleod posiciona a sus hombres y en el momento final y ante la sorpresa de los britones, un enorme ejército de sajones se une a Cedric. Aquellos que son capaces de reconocer los emblemas pueden ver al Rey Aelle de Sussex y algunos caballeros de Cornualles, dirigidos por el príncipe Mark y cientos de mercenarios provinentes de otras tierras (irlandeses y caballeros del continente).
La primera carga es espantosa, y los britones dan la sensación de ir ganando la batalla. Sin embargo no cuentan con la forma de luchar de los irlandeses, guerreros sin honor que atacan a los caballos directamente y derriban a cientos de caballeros britones, entre ellos a Sir Maurel y a sir Berel. La muerte del caballo de batalla de sir Maurel provoca una gran ira sobre él, y acaban pagándolo todos los que se ponen a su paso. Sir Berel por su terrible odio a los sajones, a raiz de lo que le sucedió a su hermano, igualmente se rodea de cadáveres y tiñe de rojo todas sus armas y ropas. El suelo es un amasijo de cadáveres de britones, sajones, irlandeses, córnicos y caballos, mientras Sir Berel y Sir Maurel aguantan sobre sus piernas henchidos por el odio, gritando sobre sus enemigos viendo como son absolutamente sobrepasados en número. Pronto estarán totalmente rodeados. Lo peor viene cuando la bandera de Nanteleod cae en el horizonte: el rey ha caido cogido por la retaguardia, y pronto todo el ejército lo sabe, y huye despavorido. Nuestros caballeros ven perdida su vida, aunque la venderan muy cara. Sin embargo un escudero venido del cielo les trae la bendición: el jóven Robert, que ya está hecho un mozo y está a punto de ser nombrado caballero, entra hábilmente en el campo de batalla con dos caballos frescos para sus señores Maurel y Berel, y así huyen a todo galope del campo de batalla.
Así pues, nada más llegar el verano, el Rey Cedric remontó el río hasta la decrépita ciudad de Winchester para presentar batalla contra Nanteleod, que marcha hacia el sur a través de Salisbury. Otras fuerzas se unen a su causa conforme avanza.
El Pantano Netley, cerca de Winchester, es el lugar elegido para la fastuosa batalla. Nanteleod posiciona a sus hombres y en el momento final y ante la sorpresa de los britones, un enorme ejército de sajones se une a Cedric. Aquellos que son capaces de reconocer los emblemas pueden ver al Rey Aelle de Sussex y algunos caballeros de Cornualles, dirigidos por el príncipe Mark y cientos de mercenarios provinentes de otras tierras (irlandeses y caballeros del continente).
La primera carga es espantosa, y los britones dan la sensación de ir ganando la batalla. Sin embargo no cuentan con la forma de luchar de los irlandeses, guerreros sin honor que atacan a los caballos directamente y derriban a cientos de caballeros britones, entre ellos a Sir Maurel y a sir Berel. La muerte del caballo de batalla de sir Maurel provoca una gran ira sobre él, y acaban pagándolo todos los que se ponen a su paso. Sir Berel por su terrible odio a los sajones, a raiz de lo que le sucedió a su hermano, igualmente se rodea de cadáveres y tiñe de rojo todas sus armas y ropas. El suelo es un amasijo de cadáveres de britones, sajones, irlandeses, córnicos y caballos, mientras Sir Berel y Sir Maurel aguantan sobre sus piernas henchidos por el odio, gritando sobre sus enemigos viendo como son absolutamente sobrepasados en número. Pronto estarán totalmente rodeados. Lo peor viene cuando la bandera de Nanteleod cae en el horizonte: el rey ha caido cogido por la retaguardia, y pronto todo el ejército lo sabe, y huye despavorido. Nuestros caballeros ven perdida su vida, aunque la venderan muy cara. Sin embargo un escudero venido del cielo les trae la bendición: el jóven Robert, que ya está hecho un mozo y está a punto de ser nombrado caballero, entra hábilmente en el campo de batalla con dos caballos frescos para sus señores Maurel y Berel, y así huyen a todo galope del campo de batalla.
La derrota ha sido absoluta. Cedric ha derrotado y matado a Nanteleod, que ahora está muerto. La desidia campa en Logres ante tal pérdida. Hampshire es tomada por los Sajones que saquean además Salisbury y Silchester. Muchas familias son destrozadas, matadas y violadas por los sajones y los mercenarios continentales.
Esa noche, entre fiebres por el dolor de las heridas, Maurel tiene un sueño, donde ve luces y sombras, algo que le inquieta pero a la vez le reconforta. No comenta nada a nadie de estas visiones.
En Navidad se pasan momentos terribles. Con Nanteleod muerto llega otro invierno de desidia. No sólo era el rey mas prometedor de Britania que ha sido asesinado, sino que muchos caballeros, soldados y campesinos de Salisbury han muerto también. Además llegan noticias de que el Duque Corneus de Lindsey también murió este verano de fiebres en Londres. Su sobrino Derfel heredará su título.
El jóven Robert, hijo de la condesa y escudero de Sir Maurel, demanda ser nombrado caballero, para así, como hombre de valor, tomar control de su herencia y salvarla en este tiempo de necesidad.
En Navidad se pasan momentos terribles. Con Nanteleod muerto llega otro invierno de desidia. No sólo era el rey mas prometedor de Britania que ha sido asesinado, sino que muchos caballeros, soldados y campesinos de Salisbury han muerto también. Además llegan noticias de que el Duque Corneus de Lindsey también murió este verano de fiebres en Londres. Su sobrino Derfel heredará su título.
El jóven Robert, hijo de la condesa y escudero de Sir Maurel, demanda ser nombrado caballero, para así, como hombre de valor, tomar control de su herencia y salvarla en este tiempo de necesidad.
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