Los caballeros continuaban su frenética cabalgata hacia Rydychan, sin llegar a entrar en Uffington y queriendo alcanzar la abadía de Abbingdon. Sin embargo sus esfuerzos fueron infructuosos, puesto que antes de llegar, y tras ser escoltados por un grupo de banderizos del Conde Defan de Marlborough, se encuentran con una patrulla de Sir Belleus, que planta cara, amenaza y advierte al grupo de caballeros, que se ve totalmente superado en número. Sin embargo las cosas no llegan a mayores puesto que aún se encuentran en territorio de Rydychan y no pretenden una disputa vecinal.
Los caballeros vuelven sobre sus grupas a pedir ayuda al Conde Defan, aduciendo a los hechos pasados en los que Sir Berel asesinara al abanderado de Salisbury para defender la ley de la condesa Ellen y de paso defendiendo la invasión por su parte de Marlborough. Sin embargo el conde no está por la labor, especialmente cuando conoce por un mensaje que Oxford está sitiada por ambos ejércitos, y el grueso no podrá ser fácilmente doblegado. Berel, persuasivo consigue que muy a pesar del conde, puesto que no quiere afrentas vecinales, Defan deje 15 caballeros y 25 soldados a Sir Maurel en su personal campaña, con la condición de que no porten el emblema de Marlborough.
Los caballeros parten al norte, cruzando el Támesis, y pasando junto al monasterio donde pernoctan. Sin embargo al día siguiente ven la terrible imagen de los señoríos arrasados y la llanura frente a Oxford totalmente invadida de tiendas, caballeros y artilugios de guerra.
Los hombres de Rydychan en seguida tiemblan al ver la superioridad numérica. Sir Delivant, gran estratega piensa que sería de gran ayuda que los ejércitos de la fortaleza supieran de su existencia, puesto que si no serán arrasados.
Comienza el parlamento. Sir Belleus y Sir Bege acuden con 30 caballeros a la llamada de Maurel. Sin embargo este no habla, y en su lugar Berel trata de persuadir a los bigotudos hermanos de Rydychan. Estos se niegan a hablar con Berel, mirando a los ojos a Maurel que permanece callado. Tras ser provocados en varias ocasiones, al final Maurel no aguanta, e insulta a Belleus, haciendo referencia a la cicatriz que éste le hiciera en la batalla de Oxford, cuando se tomó la ciudad hace dos años. Esto provoca que el parlamento acabe y comience la batalla.
Los caballeros de Rydychan comienzan a ponerse en formación de carga, mientras la mayoría de los soldados y caballeros de Marlborough les vence el pavor ante la gran superioridad numérica de más de tres a uno, con lo que huyen. Sólo los gritos del Matarreyes consiguen hacer que alguno, por respeto a este nombre, vuelva a las filas.
El choque es terrible, y a pesar de la fuerza del brazo de nuestros caballeros, son arrasados. Cabe destacar que Berel se mantuvo firme, y mató a tres caballeros rápidamente. Maurel también luchó con gracia, aunque fue derribado del caballo. Delivant y Rodrick son capturados tras caer en batalla. Maurel toca retirada, y huyen hacia el monasterio, donde se acogen a sagrado. Los caballeros de Rydychan no les persiguen, por temor a Dios, o por estrategia. Tienen capturado al matarreyes por el que cobrarán una gran suma de dinero.
Los caballeros magullados, y alguno gravemente herido, vuelven a Marlborough y a Salisbury respectivamente. La Condesa Ellen no está demasiado contenta con lo sucedido, pero de alguna manera no termina de estar a disgusto... ¿El amor? Sin embargo paga las 600 libras del rescate, lo cual hará pasar mucha hambre a la población, temerosa de un ataque enemigo, e impedirá terminar las obras de restauración de la muralla de Sarum.
Los caballeros vuelven sobre sus grupas a pedir ayuda al Conde Defan, aduciendo a los hechos pasados en los que Sir Berel asesinara al abanderado de Salisbury para defender la ley de la condesa Ellen y de paso defendiendo la invasión por su parte de Marlborough. Sin embargo el conde no está por la labor, especialmente cuando conoce por un mensaje que Oxford está sitiada por ambos ejércitos, y el grueso no podrá ser fácilmente doblegado. Berel, persuasivo consigue que muy a pesar del conde, puesto que no quiere afrentas vecinales, Defan deje 15 caballeros y 25 soldados a Sir Maurel en su personal campaña, con la condición de que no porten el emblema de Marlborough.
Los caballeros parten al norte, cruzando el Támesis, y pasando junto al monasterio donde pernoctan. Sin embargo al día siguiente ven la terrible imagen de los señoríos arrasados y la llanura frente a Oxford totalmente invadida de tiendas, caballeros y artilugios de guerra.
Los hombres de Rydychan en seguida tiemblan al ver la superioridad numérica. Sir Delivant, gran estratega piensa que sería de gran ayuda que los ejércitos de la fortaleza supieran de su existencia, puesto que si no serán arrasados.
Comienza el parlamento. Sir Belleus y Sir Bege acuden con 30 caballeros a la llamada de Maurel. Sin embargo este no habla, y en su lugar Berel trata de persuadir a los bigotudos hermanos de Rydychan. Estos se niegan a hablar con Berel, mirando a los ojos a Maurel que permanece callado. Tras ser provocados en varias ocasiones, al final Maurel no aguanta, e insulta a Belleus, haciendo referencia a la cicatriz que éste le hiciera en la batalla de Oxford, cuando se tomó la ciudad hace dos años. Esto provoca que el parlamento acabe y comience la batalla.
Los caballeros de Rydychan comienzan a ponerse en formación de carga, mientras la mayoría de los soldados y caballeros de Marlborough les vence el pavor ante la gran superioridad numérica de más de tres a uno, con lo que huyen. Sólo los gritos del Matarreyes consiguen hacer que alguno, por respeto a este nombre, vuelva a las filas.
El choque es terrible, y a pesar de la fuerza del brazo de nuestros caballeros, son arrasados. Cabe destacar que Berel se mantuvo firme, y mató a tres caballeros rápidamente. Maurel también luchó con gracia, aunque fue derribado del caballo. Delivant y Rodrick son capturados tras caer en batalla. Maurel toca retirada, y huyen hacia el monasterio, donde se acogen a sagrado. Los caballeros de Rydychan no les persiguen, por temor a Dios, o por estrategia. Tienen capturado al matarreyes por el que cobrarán una gran suma de dinero.
Los caballeros magullados, y alguno gravemente herido, vuelven a Marlborough y a Salisbury respectivamente. La Condesa Ellen no está demasiado contenta con lo sucedido, pero de alguna manera no termina de estar a disgusto... ¿El amor? Sin embargo paga las 600 libras del rescate, lo cual hará pasar mucha hambre a la población, temerosa de un ataque enemigo, e impedirá terminar las obras de restauración de la muralla de Sarum.