En este año no suceden grandes cosas, todo el mundo está muy cauto, puesto que grandes movimientos de ejércitos hacen sospechar que pronto se desencadenará la guerra total. Aelle derrota al rey Anglo en el este, que se autoproclamaba Bretwalda de Britania. El rey Nentres de Lindsey se alía con sus compañeros y Nanteleod somete a los reinos circundantes, creando dos poderosos ejércitos que pronto se enfrentarán. Por el sur las amenazas de Cornwall, Kent, Sussex y Southports siguen latentes, y cada vez más peligrosas. Aun así la condesa de Salisbury sigue pagando a Cerdic, no así a Aelle y Aelsweith. El Rey Idres parece que desde que fue derrotado en Dorset no mueve ficha... pero no se sabe hasta cuando.
Ulfius de Silchester decide convocar a Rydichan, Marlborough y Salisbury para que hagan un gran bloque central para resistir los embites que se avecinan, Parece que todos están de acuerdo, a pesar de las desavenencias recientes. No se sabe cuando se desatarán las viejas rencillas.
Ulfius pide a la Condesa Ellen que sus caballeros visiten los reinos de alrededor para buscar aliados. Entre ellos la lejana Cameliard, de las pocas que han jurado vasallaje a Nanteleod, pero que quizás se podria unir a la causa Britana del sur. Viajan a Cameliard donde les llama la atención la enorme mesa con el escudo del Pendragón, regalo de Uther a Leodegrance. También les llama la atención su pequeña niña que les pide jugar y que Maurel pasea a caballo por el patio. La niña se llama Ginebra.
Poco consiguen de Leondegrance, puesto que la amenaza de Nanteleod es muy grande. Pero este confia en que algún dia un Alto Rey ponga la causa britana en su sitio.
Mientras la espada Excalibur sigue clavada en el patio de la Catedral de Londres, esperando a aquel que sea capaz de arrancarla.